viernes, 21 de febrero de 2014

¿Pecan de ingenuidad?


La ingenuidad, según el diccionario, indica ausencia o falta de malicia y de experiencia, una deficiente comprensión o inteligencia y la ausencia de sofisticación, es decir, que esconde su falta de seguridad en sí misma.

  Esto viene a colación ya que, en días pasados salió publicada una noticia en algunos medios de la prensa escrita, de que un grupo de homosexuales y lesbianas se reunió con el embajador norteamericano en su residencia para tratar algunos asuntos. Lo tratado en esa reunión no fue de conocimiento público, salvo que fue una reunión que giró en torno a una invitación de cortesía y hablar un poco de la discriminación que aun existe en nuestra sociedad hacia estas personas. No seamos ingenuos, ni nos quieran tratar como ingenuos. Estas personas no fueron a tomarse el té con el embajador norteamericano así no más. Esa reunión tuvo sus motivaciones específicas. No seamos ingenuos para no darnos cuenta qué es lo que se está fraguando o tramando muy por debajo con estos grupos y no queramos ver de qué se trata esto. El envío del embajador norteamericano a nuestro país no es un asunto fortuito ni casual. Todos sabemos de la condición del embajador en cuanto a su preferencia sexual. Estos grupos de homosexuales y lesbianas han visto en este embajador un apoyo fuerte en su lucha para que se les reconozcan unos supuestos derechos. Sabemos todos de la intención del gobierno que encabeza el señor Obama de imponer sus políticas de depravación y de inmoralidad con las uniones del mismo sexo, las adopciones de niños por estas personas, el tema del aborto, etc. Esta es una manera de cómo este gigante imperialista quiere imponer sus ideas a los demás países del área, con financiamiento económico sobre todo, a estos grupos para que luchen por lograr que se les reconozcan estos supuestos derechos. Es una manera de injerencia en los asuntos internos de los Estados, fruto de una mentalidad imperialista. Con estas políticas lo que ha hecho esa administración es estar encaminando a la sociedad norteamericana a una debacle moral.

  Una cosa que debemos de tener bien claro es que el Estado no puede asumir la tarea de estarle creando privilegios, -disfrazados de derechos-, a cada minoría de la sociedad. Los derechos de estas personas están consignados en nuestra Constitución como todos los demás ciudadanos. Nuestra Constitución reprueba la discriminación en todos sus sentidos. Si una persona, independientemente de su preferencia sexual es discriminada, tiene todo el derecho a interponer una demanda ante los tribunales. Otra cosa es la preferencia sexual de la persona que es un asunto personal y de fuero interno la cual el Estado no tiene que tutelarla. Si un hombre decide unirse a otro hombre, o una mujer unirse a otra mujer, eso es una decisión personal y que el Estado no está en la obligación de legalizar o tutelar esa unión dándole rango o igualándola al matrimonio entre un hombre y una mujer. No se diga en lo que respecta a la adopción por parte de estas uniones, por ejemplo.

  Estos grupos están buscando el apoyo, sobre todo económico, de estas instituciones y organismos internacionales para su lucha. Mientras unos están mirando estrellas en el cielo, el enemigo está planeando su estrategia de lucha. Ya se han levantado voces que apoyan estas iniciativas; porque la lucha es estratégica. Se necesitan voces en los medio de comunicación y ya están activadas. No nos quieran tratar de ingenuos, que no lo somos o por lo menos, una gran parte, ni tampoco jueguen con nuestra inteligencia. Es clara la intención de estos grupos, ONGs y organismos internacionales de querer anular o destruir los principios y valores en los que se ha venido forjando la sociedad dominicana, muchos de ellos valores cristianos. Hay que recordarles a estas personas, tanto de fuera como a los de adentro, que la historia fundacional de la República Dominicana está cimentada sobre la base del cristianismo católico, porque así lo quisieron nuestros independentistas y eso no se puede borrar jamás, porque para hacerlo tendríamos que volver al principio de todo y quitar todo lo que huela a cristiano, y eso no se puede; les guste o no.

  Hay muchas personas que no quieren ver lo que tienen que ver ni oír lo que tienen que oír, sino más bien, ven lo que quieren ver y oír lo que quieren oír. Ya lo dijo Jesucristo: “Es que tienen la mente embotada, ¿para qué tienen ustedes ojos, si no ven, y oídos, si no oyen?” (Mc 8,17-18). O, como dice el dicho popular: “no hay peor ciego que aquel que no quiere ver”. Esto es lo que está pasando con muchos ciudadanos nuestros: no quieren ver lo que está preparando el enemigo. Pero no nos dejaremos confundir, porque hay otros que sí pensamos y vemos más allá de nuestras narices. Ya lo dijo nuestro querido Monseñor Arnaiz, que en paz descanse: “la humanidad de hoy está saturada de informaciones, pero no es capaz de reflexionar”. Y esto es lo que quieren estos grupos y bocinas del patio, que no reflexionemos.

jueves, 13 de febrero de 2014

¿que esta pasando con alunos jesuitas?


13.02.14, En Actualidad, por David Ramos

Emblema de la Compañía de Jesús (Jesuitas). Fuente: Wikimedia Commons

Emblema de la Compañía de Jesús (Jesuitas). Fuente: Wikimedia Commons

Mientras hoy pasaba por sala de redacción el tema del sacerdote jesuita Mario Serrano, severamente reprendido por el Arzobispo de Santo Domingo, Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, y viendo el vínculo con el aborto y la agenda gay del Centro Bonó -fundado y perteneciente a la Compañía de Jesús-, que dirige… no podía evitar hacerme la pregunta: ¿Qué está pasando con los jesuitas?

Porque no se trata de un caso aislado de un polémico sacerdote en Santo Domingo, sino que parece ser una constante en diversas latitudes del mundo.

A saber, y seguro que más de algún caso se me queda en el tintero:

El P. Juan Masiá, español que radica en Japón, ha negado la virginidad y la Asunción de la Virgen María y ha defendido repetidamente el aborto y la eutanasia. Sus superiores en alguna ocasión lo han llamado al orden, pero ningún caso ha hecho. Su compatriota, el famoso exorcista José Antonio Fortea, ha aconsejado a los fieles católicos no alimentarse de los “pastos envenenados” de los libros de Masiá.

El P. Carlos Novoa, jesuita colombiano y catedrático de la Pontificia Universidad Javeriana -en manos de los jesuitas-, ha apoyado la despenalización del aborto en el país. A pesar de las críticas recibidas por diversos Obispos de Colombia, fue justificado por el rector del centro de estudios, el también jesuita P. Joaquín Emilio Sánchez García.

Aún en Colombia, de triste recuerdo es el caso del P. Alfonso Llano, que negó la virginidad de María en una columna en uno de los diarios más importantes del país. En este caso, el Prepósito General de la Compañía de Jesús (jesuitas), P. Adolfo Nicolás, le prohibió seguir escribiendo.

La Pontificia Universidad Javeriana, a través de su Instituto de Estudios Sociales y Culturales PENSAR, organizó durante una década el Ciclo Rosa Académico, en el que se presentaban activistas LGTB (lesbianas, gay, transexuales y bisexuales), y se hacía promoción de su estilo de vida. Fue cancelado gracias a la que intervinieron el Presidente de la CEC y Arzobispo de Bogotá, Cardenal Rubén Salazar, y el Nuncio Apostólico en el país, Mons. Ettore Balestrero, con el apoyo de miles de fieles católicos.

El sacerdote jesuita Alberto Múnera, director de PENSAR, defendió a capa y espada este evento, incluso tras su cancelación. A pesar de esta cancelación, el rector de la Javeriana, P. Joaquín Emilio Sánchez García, expresó su apoyo al Ciclo Rosa Académico.

En Argentina, el sacerdote jesuita Rafael Velasco, rector de la Universidad Católica de Córdoba (UCC), dirigida por la Compañía de Jesús, expresó su aval al estilo de vida homosexual, demandó la aceptación de mujeres en el sacerdocio y aseguró que se adhiere a la teología marxista de la liberación.

En Perú, la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM), cuyo lema es “la universidad jesuita del Perú”, organizó el curso “Lenguaje, Género y Sexualidad”, poniendo a cargo al activista LGTB Ernesto Cuba.

En Estados Unidos, la Universidad de Georgetown, confiada también a los jesuitas, invitó en 2012 a dar una conferencia a sus graduados a la Secretaria de Salud y Servicios Humanos, Kathleen Sebelius, quien se declara católica y ha promovido por años el aborto en el país.

Naturalmente, no son todos los jesuitas. Ahí está el Papa Francisco, claro modelo vivo de hijo de San Ignacio. Y el recientemente fallecido P. Jorge Loring.

Pero más allá del P. Llano, ninguno ha sido llamado al orden exitosamente por su orden religiosa, otrora orgullo de la Iglesia por su fidelidad al Magisterio y al Papa.

Me queda la duda ante lo que pareciera una tendencia institucionalizada. Agradezco las respuestas: ¿Qué está pasando con los jesuitas?

 

Derecho a Disentir


Hace unos días hemos venido escuchando sobre los diferentes pareceres que muchos, sobre todo, algunos comunicadores, vienen manifestando con respecto a la posición en materia migratoria de Monseñor López Rodríguez. Lo que ha suscitado o arreciado más esta situación son unas palabras que pronunció en donde se refiere a un sacerdote jesuita que ha llamado a desacatar la sentencia del Tribunal Constitucional 168/13 que fija los alcances de la nacionalidad dominicana. El señor cardenal, sabemos que es un hombre de convicciones y por lo tanto, muy coherente. Un hombre que expresa sus ideas con claridad y sin cortapisas, no importándole si los demás están o no de acuerdo con él. Eso lo tiene sin cuidado.

  Toda persona tiene derecho a disentir (a no estar de acuerdo; a no ajustarse al sentir o parecer del otro; opinar de modo distinto), de los demás. Pero, para poder expresar ese disentir es necesario hacerlo con fundamento y respeto. Una persona no puede llevar la contraria a otra porque sí; más bien debe de manifestar sus argumentos para justificar su postura. Cuando un padre le dice a su hijo que no haga tal cosa sin darle razones, el hijo inmediatamente le reclamará, -y con derecho-, por qué no debe hacerlo. El padre puede que le diga que es simplemente porque no quiere que lo haga y ya, pero esa no es una razón válida porque entonces lo que provocará es que el hijo se le revele. No se trata de ser un rosca izquierda porque sí. Pero también está el respeto: el hecho de disentir de las ideas del otro no tiene que llevar a la persona a asumir una actitud de irrespeto al grado de caer en una actitud de insultos, diatribas, violencia, desconsideración, etc. Nuestro Señor Jesucristo dijo “trata a los demás como quieres que te traten a tí”. El que quiera que lo respeten, pues debe  primero respetar. Esto es lo que no ha sucedido con nuestro señor Cardenal López Rodríguez. Una cosa es lo que nuestro Cardenal, en su condición de sacerdote y obispo, manifiesta y enseña con respecto a la doctrina de la Iglesia, y otra cosa es lo sus ideas con respecto a otros temas de corte social, político, etc. Con la primera no tenemos que dudar porque eso es parte del magisterio eclesial iluminado por el evangelio. Con la segunda son cosas fruto de sus reflexiones personales.

  Hay algunos comunicadores y comunicadoras que se han dado a la tarea de aprovechar esta situación para enfilar hacia el Cardenal un ataque sin más por sus ideas, su visión con el tema migratorio. Ha habido hasta de los más impublicables insultos que lo único que falta es que le arranquen la cabeza al cardenal. Esta es una nueva forma de inquisición. Pero lo más chulo de esto es que algunos de ellos se llenan la boca de decir que son católicos. Bueno, con católicos asi, ¿para que queremos atraer a los que están alejados? Estos comunicadores no son capaces de discutir seriamente las ideas, sino más bien se han  ensañado de una manera visceral hacia la figura de nuestro cardenal. Esto se llama intolerancia. Pero los que tenemos un poco más de conocimiento de la situación, sabemos que estos ataques no son gratis. Estos ataques responden a una línea política y también ideológica. No podemos ocultar que la persona del Cardenal López Rodríguez ha sido una piedra de choque para otros grupos que han querido imponerle a nuestra sociedad sus ideas descabelladas, sobre todo en materia moral. Pero también está el asunto que tiene que ver con la migración. Hay toda una maquinaria detrás de ellos que son los que de alguna manera están financiando todo este “lobysmo”. Estos comunicadores, que no son más que comerciantes de la verdad y de su conciencia, lo que buscan es influenciar de tal manera en la mentalidad de la sociedad, que buscan predisponerla contra el cardenal, llegando incluso a los mismos feligreses. Pero se han equivocado, porque el tiro les ha salido por la culata. El Cardenal tiene todo el respaldo de su feligresía y de sus sacerdotes que estamos al tanto de esto y les estamos haciendo ver a la gente lo que hay detrás de estos ataques. Nuestro Cardenal no está solo. Cuenta con nuestras oraciones pero también con nuestra presencia a su lado. Caminamos con él y luchamos con él; pero lo hacemos con las armas que nos proporciona la fe: la oración.

  Aquí hay personas que saben buscar muy bien en los medios cuando “quieren” oír lo que quieren oír; pero no les gusta escuchar lo que “tienen” que escuchar. Por esto es que la Iglesia siempre ha sido el enemigo perfecto, es decir, la Iglesia nunca ataca con las mismas armas con que a ella es atacada. Su arma es la oración. Pues entonces, el que no quiere escuchar lo que tiene que escuchar, que se tape los oídos. Seamos todos respetuosos de la opinión de los demás, aunque no las compartamos, para que podamos vivir en paz, como diría el benemérito de las Américas Benito Juárez.

martes, 11 de febrero de 2014

... Y siguen con la foto


Con motivo a la celebración de la Virgen de la Altagracia, Protectora de la República Dominicana; la Conferencia del Episcopado Dominicano, como es costumbre, escribe una carta pastoral dirigida al pueblo dominicano en donde aborda algún tema de actualidad y de corte preferentemente pastoral, en donde nos da una panorámica de lo que está sucediendo en nuestra sociedad y motivando por lo tanto a que asumamos algunas medidas al respecto tanto en lo que se refiere a lo eclesial como a lo social.

  Pues esta carta pastoral de este año lleva por título “Familia cristiana: vive y proclama tu fe”. En esta carta, nuestros obispos nos dan una panorámica, si no exhaustiva si general, sobre la situación actual de la familia en nuestra sociedad, la problemática que está enfrentando y posibles métodos de ayuda para poder enfrentar estos retos a que está siendo sometida esta pequeña pero fundamental célula de la sociedad. Nos dicen nuestros obispos: “nos golpea la violencia intrafamiliar con los feminicidios y suicidios… (n 11); es una preocupación ver a tantas familias incompletas…(n 12); la pobreza extrema y abandono del hogar…” (n 13). Hablan nuestros obispos del “plan de Dios sobre el matrimonio y la familia: Dios es el autor del matrimonio, no es hechura del Estado ni de la sociedad… (n 29); la familia es la primera comunidad humana revelada, querida e iluminada por Dios… (n 37); la familia es imagen de Dios…” (n 41). Nos hablan de la “misión de la familia cristiana: su misión es formar hombres y mujeres felices… (n 47). Sobre los “desafíos de la familia: el efecto negativo y masivo de los medios de comunicación en desmedro de los valores éticos y morales familiares…” (n 51). De la “pastoral familiar: la familia es prioridad fundamental en la pastoral eclesial… (n 57); invitando a un dialogo en la verdad para renovar la sociedad…” (n 70). Estos temas deben de ser profundizados por las diferentes comunidades eclesiales para una mayor riqueza y juntos buscar la forma de cómo ayudar a enfrentar las diferentes problemáticas que enfrentan las familias en nuestra sociedad.

  Pero, a lo que voy, -y es el motivo de este artículo-; esta carta fue acompañada por una foto de los miembros (obispos) de la Conferencia. Se señala que la foto estuvo manipulada y que esto es un atentado contra la ética, y que es también una falta de respeto a los medios y a la sociedad. La sala de prensa de la Conferencia emitió un comunicado en donde explica las razones de por qué el uso de la foto y los cambios. Se podrá estar o no de acuerdo con las razones expresadas por este organismo. Pero llegar a enrostrarle a la Conferencia que ésta ha sido una grave falta a los medios y sociedad y ponerlo como si de verdad se cayó en una falta imperdonable, creo que eso no es objetivo. Que si la Conferencia debió pedir disculpas, está bien; pero acusar la institución como si el error cometido es imperdonable, no. Si a esas vamos, pues entonces hay que enrostrarle a los medios la “falta grave” que cometieron algunos de ellos una semana antes de que se publicara la carta pastoral, en la que informaron sobre la muerte de “Monseñor Arnaiz”: ¿de dónde obtuvieron ellos esa información? ¿Quién se las facilitó? ¿La Conferencia del Episcopado? No creo. Si a la Conferencia se le critica el error y, por ende, hasta se le acusa de falta a la ética, entonces ¿cómo hay que calificar este error de los medios sobre la supuesta muerte de Monseñor Arnaiz? Hasta ahora yo no he escuchado ni leído en esos medios pidiendo una disculpa por el error en la información. Creo que si vamos a exigirle al otro que cumpla las normas éticas, también hay que exigírselas a los otros. Seamos todos éticos, porque no se vale señalar al otro y después esconder la mano.

  El debate en vez de centrarse en el contenido de la carta pastoral, se ha centrado en la dichosa foto. A esta se le han dedicado de artículos enteros hasta editoriales. Hay quienes están de acuerdo y otros no sobre su contenido. Hay que recordar que la carta pastoral no es palabra de Dios; es más bien una visión de una realidad de nuestra sociedad iluminada por el mensaje del evangelio y abordada desde la enseñanza del magisterio eclesial. La desilusión y críticas a su contenido vienen por lo general marcada por esa ideología que promueven muchos comunicadores que velan y proclaman los intereses de organismos internacionales y ONGs que financian ideas contrarias a los valores morales, culturales, sociales y religiosos de nuestra sociedad. Claro que la “carta es pobre” porque no dice lo que ellos quieren que diga, sino lo que tienen que oír, y esto incomoda. La Iglesia no se va a acomodar a sus criterios e ideas dañinas, sino al evangelio. La Iglesia no puede dejar de ser lo que es, porque si ella calla, serán las piedras las que hablarán.