miércoles, 15 de junio de 2016

Los fundamentos de la Ideología de Género (y IV)


¿Qué papel juega aquí la Democracia? bueno, pues lo que vale aquí es lo que la mayoría diga. Es la irracionalidad del consenso: si la mayoría estamos de acuerdo, es bueno y válido. Y como a esta supuesta mayoría se le puede condicionar con presiones ya sea en lo político u otros grupos a través de los medios y la cultura, pues no tendremos ningún problema. Dice Clementino Martínez Cejudo, en su libro Ideología de Género y la Crisis de Occidente: “Dios me libre de la dictadura de los demócratas. Bajo la capa de la democracia, niegan cualquier disparidad de criterio que no coincida con el suyo. Se proclaman demócratas, pero no lo son”. Y el Papa Pío XII dijo: “la democracia que elimina la ley natural es un absolutismo democrático, pero en todo caso es un absolutismo totalitario”.

  ¿Y los medios de comunicación? Juegan la parte fundamental en todo este adoctrinamiento ideológico; unos más que otros. Sabemos que el poder político está muy relacionado con el mediático: los políticos aspiran a tener el control de los medios. Hay un fuerte contubernio entre estos dos poderes. Tendría que ser un medio o persona muy independiente para denunciar estas aberraciones;  porque la manipulación de los medios de comunicación y la censura de la verdad permiten manejar el mundo como si fuera un títere. Se necesitan de personas, grupos, medios que se atrevan a desafiar esta ideología y sus adeptos para que el pueblo se informe y se forme, ya que el poder de influencia de estos grupos ideológicos es my poderosa y han conseguido y están consiguiendo imponerse poco a poco en sus propósitos; y, ¿qué pasará con estos opositores? Pues que tendrán que enfrentarse duramente a una lluvia de críticas y descalificaciones.

  ¿Qué es lo que se busca con la implantación de esta ideología? En los documentos de la ONU, en un primer momento, como una política medioambientalista que buscaba la reducción del crecimiento demográfico mediante el fomento del denominado “sexo ecológico”, en definitiva, de las relaciones homosexuales. En la India en 1992, en una reunión de expertos sobre planificación, salud y bienestar familiares, adoptó la siguiente recomendación: “para ser efectivos a largo plazo, los programas de planificación familiar deben buscar reducir no sólo la fertilidad dentro de los roles de género existentes, sino más bien cambiar los roles de género a fin de reducir la fertilidad”. En la Conferencia mundial de la mujer de Pekín, el director del programa de alimentos de la ONU dijo: “Entre otros, usaremos la comida como armas contra las personas”. Esta muy especificado que con esta ideología lo que se busca es que caiga a su mínima expresión o desplomar la fertilidad,  disque por un asunto de sobrepoblación y no suficiente alimentos para toda la humanidad, sobre todo con miras en los países del llamado tercer mundo: hay que acabar con los pobres para que no sean una carga para los países ricos. De ahí el afán por establecer el aborto abierto y como un derecho, la eutanasia, legalizar uniones homosexuales y adopción por éstos, etc.

  Nunca debemos olvidar, y hay que afirmarlo con toda verdad, que la realidad sexual y sexuada masculina y femenina, con sus consiguientes papeles, no conlleva inferioridad o superioridad de un sexo sobre otro, sino simplemente diferencia y complementariedad.

  La revolución de género, sus antecedentes y sus prolongaciones nos llevan directo a la destrucción de nuestra humanidad. El Papa Benedicto XVI afirmó que, “cuando la Iglesia habla de la naturaleza del ser humano como hombre y mujer, y pide que se respete este orden de la creación, es porque de hecho, se trata de la fe en el Creador y de escuchar el lenguaje de la creación, cuyo desprecio seria una autodestrucción del hombre y, por tanto, destrucción de la obra misma de Dios”. No debemos ser pasivos y permitir a estos ingenieros sociales que ganen terreno y decanten las sociedades hacia la aceptación de su proyecto. Debemos comprometernos positivamente dentro de una inmensa y urgente tarea educativa: la formación de las conciencias y los sentimientos, el aprendizaje del discernimiento para ayudar a los jóvenes a distinguir entre lo que les conduce a la felicidad personal, y las trampas sutiles y seductoras de la nueva cultura.

  Estamos en medio de una crisis gigantesca. Podemos afirmar que en la historia del hombre nunca había alcanzado un punto tal de degradación. Estamos ante la última revelación, no ya del hombre contra Dios, sino contra la naturaleza; y no con una naturaleza en abstracto o ajena, sino contra la suya propia. No callemos; no seamos cómplices de esta aberración que anula, destruye y quita todo sentido de trascendencia del ser humano. Como apuntan casi la totalidad de los auténticos pensadores, sin distinción de credos, nos encontramos con una sociedad rota.

  Termino esta ponencia recordando las palabras de la candidata demócrata a la presidencia de los EE.UU. Hillary Clinton, que dijera en una Conferencia sobre el feminismo en el Lincoln Center de New York en abril del 2015: “los códigos culturales profundamente enraizados, las creencias religiosas y las fobias estructurales han de modificarse. Los gobiernos deben emplear sus recursos coercitivos para redefinir los dogmas religiosos tradicionales…Las objeciones de conciencia fundamentadas en creencias religiosas están detrás de la discriminación de las mujeres y los homosexuales”. ¿Qué significan estas palabras?, pues está expresando un proyecto político totalitario de ingeniería social y cultural.








martes, 14 de junio de 2016

Los fundamentos de la Ideología de Género (III)


En nuestra sociedad dominicana esta ideología se quiere implantar, y ya se están empezando a dar pasos para esto y la puerta de entrada es el proyecto de “salud sexual y salud reproductiva” que cursa en el Congreso: Ante proyecto “Empodérate” (proceso por el cual las personas fortalecen sus capacidades, confianza y protagonismo como grupo social para impulsar cambios positivos de las situaciones que viven; en cuanto al crecimiento personal, es la capacidad de cada uno de nosotros de tomar las riendas de nuestra vida; ser capaces de decidir y tomar responsabilidad de nuestras decisiones en nuestra vida y de todo lo que suceda debido a esas decisiones). Tal y como sucedió en España en el 2010: se quiere empezar desde la educación (libro hablemos patrocinado por la ONU, UE, Pro familia, y otras Ongs), donde se le quiere educar a los niños a ver como normal lo que no lo es; se le incita a explorar su sexualidad a temprana edad con la intención de aprender a masturbarse, a tener cualquier relación sentimental con quien quiera, se le enseña que la homosexualidad es normal y que tener relaciones homosexuales es normal y nadie tiene por qué decirle lo contrario (los padres). A esto el Papa Francisco nos recuerda en la misma Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, en el n. 281: “la educación sexual brinda información, pero sin olvidar que los niños y los jóvenes no han alcanzado una madurez plena. La información debe llegar en el momento apropiado y de una manera adecuada a la etapa que viven”; C.S. Lewis, en su libro “la abolición del hombre”, dice: “dudo que estemos suficientemente atentos a la importancia que tienen los libros de texto de la enseñanza primaria”; otra manera de adoctrinamiento que ha empezado a darse es la asistencia del embajador norteamericano con su compañero sentimental a las escuelas; otra es la creación de la cámara de comercio LGTB; otra es el anuncio de la representante de la USAID de apoyar económicamente a los políticos y partidos que promuevan los grupos LGTB y “sus derechos”, que no es más que una clara y burda injerencia en asuntos internos dominicanos y esta es la hora que las autoridades no han dicho nada, etc. Esto es un modelo de corrupción. La pregunta aquí sería: ¿están ustedes, padres, dispuestos a permitir que sus hijos sean adoctrinados con nueva perspectiva de género y que no puedan decidir qué educación es la que quieren para sus hijos? Porque, después que sus hijos se destrocen síquica, sicológica, antropológicamente, ¿el Estado o alguna de estas Ongs u organismo supranacional les van a ayudar con el problema? Nos estamos enfrentando a lo que podríamos llamar un profundo lavado de cerebro de nuestra sociedad, empezando por los más vulnerables, nuestros niños y jóvenes. Definitivamente, en nuestra sociedad, podemos decir que estamos empezando a vivir cosas muy graves, y que nos afectan a todos, especialmente a los niños, y la gente no se entera, y si se entera, no reacciona.

  El Papa san Juan Pablo II denunció todo esto que se estaba fraguando en este organismo multinacional, cuando en la Conferencia sobre la Mujer de Pekín (1995), invitó a la delegación de la Santa Sede a acudir al pueblo, es decir, a hablarles al pueblo sobre lo que se estaba fraguando en esa Conferencia y lo que se le venía encima a los pueblos, a las sociedades con estas nuevas legislaciones diabólicas. Hay que educar, formar y concientizar al pueblo. Esto ciertamente causó mucho revuelo en muchas naciones europeas porque estaban apoyando esta reingeniería anticristiana: si muchas personas supieran o pensaran lo que muchos políticos están haciendo con su voto a la hora de legislar, pensarían muy bien a quién votan. Los partidos políticos, cuando llegan al poder, se encuentran con una línea marcada supranacional o transnacional que tienen que someterse a ella. Y es que, por lo común, los electores no saben nada de conexiones internacionales ocultas detrás de un partido o político, independientemente de la orientación de ese partido o político.

  La familia en nuestra cultura occidental está muy indefensa: tenemos la problemática de que los jóvenes de ahora están naciendo y creciendo en una sociedad en la que lo anormal se presenta como normal, y no solo porque están en los documentos de estos organismos y legislaciones de países, sino que están siendo bombardeados por todos lados, -y no de una manera inocente-, todo está establecido, calculado desde estos mismos organismos: presentar la homosexualidad como modelo a seguir esta en todos lados (tv, cine, revistas, dibujos animados, etc.). Es un proceso lento, pero que va haciendo huellas en la mentalidad de la juventud sobre todo hasta llegar a verlo como algo normal o natural; ahora, ¿será esto lo que les va a dar a ellos la felicidad o les hará felices? Lo ilegítimo se impone para dinamitar la ley natural. Decía el Papa Benedicto XVI: “la ley natural ha quedado, se ha convertido en una peculiaridad católica; algo que existe en cuanto a que es ley natural, hoy en día se ha venido postergando hasta que se rechaza que exista”. En el Antiguo Testamento leemos que Dios le ordenó al hombre no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, porque si lo hace morirá sin remedio. Precisamente, esa ciencia a la que se refiere la biblia es la moral que queda reservada a la divinidad y que no puede ser alterada por el hombre a su capricho.

viernes, 10 de junio de 2016

Los fundamentos de la Ideología de Género (II)


  Esta ideología tiene su origen, -en la sociedad occidental,- sobre la base de la opresión de la mujer  que ha estado sometida a estructuras machistas. Es una especie de feminismo radical que quiere acabar con todo lo que tenga que ver u oler a machismo; pero sobre todo, acabar con todo vestigio de cristianismo, ya que para éstos la religión es un medio inventado por el hombre para oprimir a la mujer; y su enemigo principal a vencer es el Vaticano. Los ideólogos de género no son feministas, pero utilizan el lenguaje feminista radical. Este feminismo radical tiene también un trasfondo marxista; de hecho, se puede decir que la ideología de género es hija de otras dos ideologías: el relativismo y el marxismo. En cuanto al relativismo el orden social no se ve como reposando en las leyes de Dios o de la naturaleza, sino como resultado de las elecciones libres del individuo y del pueblo soberano. El individuo toma sus decisiones apoyándose en las luces de la razón y eventualmente en las ciencias, pero esta postura nos lleva a dar por supuesta una ética en la que la clave para distinguir el bien del mal reside en la propia persona. Pero si no hay una verdad objetiva, si el bien y el mal son intercambiables, si somos incapaces de alcanzar la verdad o ésta está supeditada a mí mismo, entonces resulta que cada uno de nosotros es su autoridad suprema y nos encontramos con la no existencia de reglas generales universalmente válidas, por lo que es fácil, al no haber un orden moral objetivo, el caer en las mayores aberraciones. Lo bueno o lo malo, lo justo o injusto, depende de mí y haré lo que quiero, porque soy yo quien lo decide.

  En cuanto al Marxismo: este hace que sea el Estado quien me concede mis derechos, pues no hay autoridad superior a él, y en consecuencia dejo de ser sujeto natural de derechos que nadie puede violar. En cuanto a la verdad, se identifica con aquello que interesa al partido. En conclusión, nos encontramos ante una concepción totalitarista del Estado.

  Otro elemento es la revolución sexual de los 60s (la búsqueda del sexo por el sexo, placer por placer). Otro punto que promueve es la equiparación de los sexos, no ya en cuanto a derechos; sino más bien a una opción que la persona debe poder tomar libremente y la ley tiene que ampararla, protegerla; y las demás instituciones del Estado debe de apoyar a lo que la persona manifieste, sin tener que pensar en operaciones ni nada parecido, sino más bien es la pura manifestación de la voluntad.

  El siguiente paso de esta ideología es equiparar cualquier unión entre personas del mismo o diferente sexo con el matrimonio natural y como consecuencia, proponen como “familias” otros tipos de agrupaciones humanas, que trae como consecuencia que todo lo que la familia es queda descartado: para éstos ideólogos de género familia puede ser cualquier cosa: basta con que dos personas, no importando su sexo, se unan por cualquier motivo para ser reconocida como familia. Es una autoconstrucción de todo: de la persona, de la familia, de la sociedad, que sus consecuencias son grandísimas, negativamente hablando. Es una dinamitación de la sociedad. Éstos manejan una antropología totalmente contraria a la antropología cristiana. Este modelo de ideología ha sido acuñado por viejos enemigos de la cristiandad que han querido siempre acabar con el modelo cristiano.

  Las organizaciones supranacionales como la ONU, OEA, UE, los EE.UU; en diferentes conferencias, como la de Pekín en el 1995, fue lo que se podría llamar un “asalto a la familia”, ya que, en los documentos conclusivos se presentaba a la familia natural o tradicional como un obstáculo para el desarrollo de la mujer, una lacra que tenía la mujer que superar; la maternidad se empezó a valorar negativamente. En el 2001, en Ginebra se firma “El Tratado de los Comités” (comité de derechos humanos); en donde se estableció que hay que eliminar de las legislaciones nacionales toda referencia a los derechos y deberes de los padres sobre sus hijos en materia de educación, reproducción y sexualidad. Pero es que ya esto se estableció en la Conferencia de Pekín de que había que apartar a los menores de la injerencia de los padres, en el sentido de que no tendrían ellos, -los padres-, capacidad ni autoridad ni poder de decisión a la hora de transmitirles valores ni principios ni cultura. El psicólogo de Harvard, B.F. Skinner, en su libro Walden II (1948) dice: “necesitamos un orden nuevo y más  perfecto, en el que los niños sean criados por el Estado, antes que por sus padres, y que sean entrenados desde su nacimiento para demostrar sólo comportamiento y características deseables”. El Papa Francisco, en la Exh. Ap. Amoris Laetitia (n. 84), nos recuerda: “la educación integral de los hijos es obligación gravísima, a la vez que derecho primordial de los padres… El Estado ofrece un servicio educativo de manera subsidiaria, acompañando la función indelegable de los padres, que tienen derecho a poder elegir con libertad el tipo de educación, accesible y de calidad, que quieran dar a sus hijos según sus convicciones….Pero se ha abierto una brecha entre familia y sociedad, entre familia y escuela, el pacto educativo hoy se ha roto; y así, la alianza educativa de la sociedad con la familia ha entrado en crisis”. Esto es un paso aterrador hacia un nuevo totalitarismo en el que se pisotea, se invade la esfera privada en donde la familia no tendría ningún poder de decisión sobre lo que el Estado haría con los niños. La educación de los niños debe quedar totalmente apartada de lo que sus padres quieran transmitirles.

  ¿Qué es lo trágico de esto? Pues que condenan a la persona a sufrir, experimentar una frustración permanente. Se es hombre o mujer desde que se nace hasta que se muere; no importa las operaciones que se haga la persona para cambiar de sexo o tratamientos que se someta con ese fin; se cambia la apariencia más no la esencia. Es un ir contra la naturaleza de una forma violenta y esto crea una frustración desastrosa en la persona.

  Para los ideólogos de género vale cualquier tipo de agrupación de personas sin importar el sexo; vale también el derecho al hijo (que es un derecho que no existe): una cosa es estar abiertos a la vida, y otra muy distinta es el derecho a tener hijos. Esto es lo que da origen a tantos experimentos de alto riesgo como la fecundación in vitro, vientres de alquiler, o la adopción por parejas homosexuales que condicionan al niño a ver como natural lo que no lo es. Un hijo no puede tomársele ni verse como un instrumento de realización de nadie. La transmisión de la vida tiene que venir en un ambiente de normalidad y con toda su dignidad. La vida humana tiene que surgir en su ámbito natural; no en un ámbito de manipulación. Se podría decir que estamos en una especie de mundo o humanidad desquiciada donde de pronto se legaliza el aborto hasta considerarlo como un derecho (la candidata demócrata a la presidencia de los USA, Hillary Clinton dijo en una entrevista para la televisión que “los seres humanos no nacidos no tienen derechos”, y quiere mantener esa protección constitucional); como la mujer que concibe un hijo a la cual se le paga para que lo entregue a los que le dan el dinero (vientres de alquiler o maternidad subbrogada). El futuro, según éstos adeptos, es una sociedad en la que los hijos sean producto de la tecnología y la educación del Estado; en la que impere el amor libre, entendido como la práctica del sexo por puro placer, sin amor ni compromiso; sin matrimonio ni familia.




miércoles, 8 de junio de 2016

Los fundamentos de la Ideología de Género (I)


Actualmente nos hallamos en un momento histórico en el que, bajo la influencia de la corrección política marcada por la opresión de la imperante ideología de género, expresiones como hombre, mujer, padre, madre han perdido su sentido teológico-antropológico y se encuentran vacías de contenido, borradas por una idea de identidad absoluta e intercambiabilidad entre los sexos que lo inunda todo, desde la educación en las escuelas, hasta el contenido de las leyes.

  El intento de vivir sin una identidad, masculina  o femenina, está provocando frustración, desesperación e infelicidad entre muchas mujeres y hombres incapaces de ir en contra de su propia esencia. Hay una fuerte y profunda crisis de identidad en la sociedad contemporánea en los países más desarrollados, pero esta crisis ya ha llegado y se está instalando en las sociedades llamadas del tercer mundo. 

  Lo primero que tenemos que saber es qué es una ideología: “conjunto de ideas (cerradas) fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, una colectividad o época, y tiende a  conservar o transformar el sistema social, económico, político o cultural existente”. La ideología es una herramienta de control social para despojar al ser humano de su libertad, transformándolo en parte de una masa manipulable. Ahora, ¿qué es la ideología de género?: “es un sistema de pensamiento cerrado que defiende que las diferencias entre el hombre y la mujer, a pesar de las obvias diferencias anatómicas, no corresponden a una naturaleza fija, sino que son unas construcciones meramente culturales y convencionales, hechas según los roles y estereotipos que cada sociedad asigna a los sexos”. Dicho en otras palabras, el sexo es algo accidental. El Papa Benedicto XVI, refiriéndose a esta filosofía de género, dijo: “el sexo ya no es un dato originario de la naturaleza, que el hombre debe aceptar y llenar personalmente de sentido… El hombre niega tener una naturaleza preconstruida por su corporeidad, que caracteriza al ser humano. Niega la propia naturaleza y decide que ésta no se le ha dado como hecho preestablecido, sino que es él mismo quien se la debe crear”. La raíz de esta ideología es la filosofía nietzscheana: “todo está conformado por nuestra voluntad; por lo que la realidad es obra de cada cual; hemos matado a Dios y ahora sólo quedamos nosotros. Nada nos puede determinar: sólo yo decido quién soy y lo que soy. Pero nuestra voluntad no es voluntad de existir, sino es voluntad de poder, de prevalecer”. ¿Por qué utilizan la palabra género en vez de sexo? Porque el término sexo hace referencia a la naturaleza, e implica dos posibilidades, varón y mujer; mientras que el término género procede de la lingüística y permite tres variaciones, -masculino, femenino, neutro, y muchas más. No existe sexo, sino género: roles adquiridos.

  La ideología de género busca transformar, reinventar, reconstruir lo natural, no lo artificial. Es una ideología totalmente antinatural. En todo esto subyace un interés económico e ideológico. También se puede decir que la “ideología de género” es, en sentido estricto,  ideología política, que tiene como objeto la conquista del poder por parte de la mujer. Sus más versados exponentes son Carl Marx, Sigmun Freud, Jean Paul Sartre, Michael Foucault, Jacques Derridá, Simón de Beauvoir. Éstos pretenden destruir o deconstruir la misma feminidad porque la mujer, -como categoría-, es un invento de los varones. Prima la cultura sobre la naturaleza. Simón de Beauvoir destruyó la maternidad; Frida el trabajo de ama de casa; Derridá el comportamiento sexual de la mujer; la nueva identidad alemana de la ideología de género quiere destruir hasta la misma identidad femenina, porque el género (lo sexual) es performativo: es algo que se va haciendo a lo largo de toda la vida y que depende de la voluntad del sujeto. No existe identidad sexual definida, normativa. El sujeto se define a partir de su práctica sexual, que es acción política: practicar el sexo es practicar la política: no hay normalidad sexual y la acción política liberadora consiste en la elección libre de la identidad de género, permanentemente cambiante. Hay que redefinir la sexualidad: el binomio heterosexual-homosexual es una producción homofóbica; así como el binomio hombre-mujer es una producción sexista.

  Quienes defienden y promueven esta ideología parten de la base de que no existe una ley natural. El sexo, según esta ideología, no es algo que venga dado por la naturaleza o por Dios, sino que es más bien una opción de la persona. Lo que determina el género es la educación. De aquí sale el que para éstos es más conveniente hablar de “genero” que de sexo, porque lo que cuenta es el género humano, mientras que el sexo cada uno lo construye o decide voluntariamente a cual pertenece o quiere pertenecer: puede cambiar voluntariamente de sexo cuantas veces quiera; no es necesario que se opere o haga tratamientos con una repercusión física; simplemente basta que exprese esa voluntad y se le tiene que reconocer hombre o mujer en función de lo que la persona manifieste. Es decir, es una autoconstrucción de la persona y no es algo que venga dado. Es de Simone de Beauvoir, en su obra “El segundo sexo” (1949), la frase “mujer y hombre no se nace, sino que se hace”.

martes, 7 de junio de 2016

Exhortación Apostólica Amoris Laetitia


Ya está publicada la Exhortación apostólica post-sinodal “Amoris Laetitia” (la alegría del amor en la familia), que es el resultado del Sínodo sobre la familia que tuvo lugar el año pasado en la ciudad del Vaticano. Este documento es el resultado de una amplia reflexión sinodal y papal, fruto de ese pasado Sínodo que tuvo como preámbulo un Sínodo extraordinario, es decir, que es fruto de dos años de reflexión sobre el tema de la familia en su situación actual. Ha sido un documento muy esperado, no solo por los católicos sino también por el resto del mundo ya que generó desde el principio muchas expectativas y también muchas especulaciones en donde se esperaba la postura del santo Padre en materia doctrinal y eclesial. Hay que recordar que este Sínodo sobre la familia, desde el principio se dijo que no iba a tratar aspecto de la doctrina, sino más bien era en lo referente a los desafíos pastorales que hoy presenta esta institución humana y cristiana en el contexto de la nueva evangelización.

  Fueron muchas las opiniones que se dieron en torno a este Sínodo tanto desde el ámbito externo como a lo interno de la Iglesia. Opiniones muy variadas, hasta de varios cardenales, como lo fue el cardenal alemán Kasper sobre el tema de la comunión a los divorciados vueltos a casar. Ya el mismo santo padre había dicho que el tema de la familia es muy basto y complejo para querer enmarcarlo a un solo aspecto como el ya mencionado, como si fuera éste el único problema que afecta a la familia. Fueron muchas las especulaciones y hasta se dieron por seguras una que otra idea que el santo padre ya había dicho. Hemos dicho en otras ocasiones que una de las particularidades del Papa Francisco es que él deja que todos opinen y hablen, pero después él viene con las palabras definitivas al respecto de cualquier tema que tenga que ver con su magisterio y la doctrina eclesial.

  Este documento post-sinodal, podríamos decir que ha causado mucha “decepción” en muchas personas que pensaron que el santo padre una vez más pondría en entredicho la enseñanza y doctrina eclesial de más de veinte siglos; pensaban que en este documento quedaría ya manifestada la “nueva postura” de la Iglesia Católica con respecto a estos temas; era, por así decirlo, la “modernización” de la Iglesia, o la nueva postura de una Iglesia Católica disque anquilosada y atrasada, etc. Pero nada de eso ha sucedido. Lo externado por el santo padre en este documento es una prueba más de que sigue en continuidad con el magisterio eclesial de tantos siglos del cristianismo.

  Aun así, no han parado, -sobre todo los medios de comunicación secular y uno que otro católico-, de hacer sus especulaciones o interpretaciones a conveniencia; han querido o forzado a decir al Papa lo que no ha dicho o querer hacerle decir al documento lo que no dice. Se sigue insistiendo en el tema de la comunión a los divorciados vueltos a casar y se especula que el Papa ha dado el permiso para que esto pueda ser posible. Pero la realidad es que en ninguna parte del documento dice tal cosa. El santo padre reitera la doctrina eclesial al respecto de este tema. Esta exhortación apostólica es un documento muy extenso, consta de nueve capítulos: 1- a la luz de la palabra; 2-  la realidad y desafíos de la familia; 3- mirando a Jesús: vocación de la familia; 4- el amor en el matrimonio; 5- amor que se vuelve fecundo; 6- perspectivas pastorales; 7- fortalecer la educación de los hijos; 8- acompañar, discernir e integrar la fragilidad y 9- espiritualidad matrimonial y familiar. Por lo cual el mismo Papa invita a que sea leído con pausa y discernimiento. Dice el Papa en el no. 2: “los debates que se dan en los medios de comunicación o en publicaciones, y aún entre ministros de la Iglesia, van desde un deseo desenfrenado de cambiar todo sin suficiente reflexión o fundamentación, a la actitud de  pretender resolver todo aplicando normativas generales o derivando conclusiones excesivas de algunas reflexiones teológicas”.

  Es compleja la situación de la familia actualmente. Esto lleva a la Iglesia a estar buscando constantemente nuevas formas o maneras de cómo responder a estas problemáticas sin que esto quiera decir que tiene que traicionar la enseñanza evangélica y eclesial de más de veinte siglos. El santo padre invita y nos recuerda como una propuesta para las familias cristianas, que las estimule a valorar los dones del matrimonio y de la familia, a sostener un amor fuerte y lleno de valores como la generosidad, el compromiso, la fidelidad y la paciencia.

  No esperemos más. Leamos con fe y desafío esta exhortación para que juntos busquemos y logremos fortalecer esta institución fundamental de la sociedad y los retos pastorales que nos presenta.