viernes, 9 de junio de 2023

La dictadura del relativismo sigue avanzando

 

  El cardenal Joseph Ratzinger, futuro papa Benedicto XVI, en la misa Pro Eligendo Pontifice que él presidió, en su homilía hizo una afirmación que a lo mejor algunos de los que estaban presentes y, muchos de los que estuvimos fuera, nos pareció muy exagerada o a lo mejor no entendimos a qué se refería. Pues tuvo que pasar el tiempo para poder darnos cuenta precisamente a qué se refería viendo los hechos que vienen aconteciendo en el mundo en todos los ámbitos y de manera particular en lo referente al ámbito religioso.

  Recordemos esas palabras en la homilía de aquella misa del 18 de mayo del 2005: “¡Cuántos vientos de doctrina hemos conocido durante estos últimos decenios! ¡Cuántas corrientes ideológicas! ¡Cuántas modas de pensamientos!... la pequeña barca del pensamiento de muchos cristianos ha sido zarandeada a menudo por estas olas, llevada de un extremo al otro. Mientras que el relativismo, es decir, dejarse llevar a la deriva por cualquier viento de doctrina, parece ser la única actitud adecuada en los tiempos actuales. Se va constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida sólo el propio yo y sus antojos”.

  La modernidad está caracterizada por el afán y búsqueda de más y más dinero, que nos va esclavizando y nos aleja de nuestro fin último. Es verdad que lo material no nos da la felicidad, aunque ayude. Por otro lado, podemos decir también que estos tiempos modernos han sido de mucho avance para el ser humano, pero también son tiempos de muchas desigualdades. Vivimos una hiper comunicación a niveles mundiales, pero eso no significa que estemos más unidos. La realidad es que hoy vivimos una más marcada separación y alejamiento unos de otros. El mundo hoy sólo acepta lo material, lo que nos indique la ciencia y la técnica, cuando no el propio individualismo de los hombres. De esta manera, Dios ya no interesa. Ya el papa san Juan Pablo II había denunciado, en su momento que el gran pecado de la humanidad hoy en día es la perdida de la conciencia de pecado: ¡todo es bueno, todo es válido! Y en su Exhortación apostólica Ecclesia en Europa, dijo que “estábamos asistiendo a una apostasía silenciosa por parte del hombre autosuficiente que vive como si Dios no existiera” (n 9).

  Y es que la humanidad ha venido caminando en un relativismo cada vez más profundo. Ya sabemos que esta idea filosófica afirma que no hay ideas absolutas, que todo depende del cristal con que se mire; que cada cual puede y tiene su propia verdad, y que eso hay que respetarlo. Pero, la dictadura del relativismo, a la cual hizo alusión el cardenal Ratzinger, ha dado un paso más profundo y de lo que se trata es de ya no que cada cual tenga su propia verdad, sino que, el que no esté de acuerdo con esa verdad, se expone a su eliminación.

  Todo lo anterior viene al caso de que tengamos en cuenta cómo ha venido avanzando e imponiéndose esta dictadura del relativismo en lo referente a la religión. Esta dictadura del relativismo del nuevo orden mundial, que se viene imponiendo en Europa, específicamente en España y en el Reino Unido-Inglaterra, el Parlamento británico ha legislado para condenar como delito el rezar frente a los centros de aborto. Vemos en este tipo de legislaciones que poco a poco se vienen penalizando y reduciendo cada vez más las libertades y derechos fundamentales de los individuos. Son medidas liberticidas. Con esta medida, el Parlamento inglés respalda la censura y criminaliza actividades pacíficas como la oración silenciosa. Con estas medidas se criminaliza también el pensamiento. La pena por esta “práctica subversiva” es sólo de multa, pero quién quita y que más adelante se aplique la prisión. Sea como sea, esto no es más que la imposición de la dictadura moderna. Vemos que en realidad no se están protegiendo las libertades ni los derechos humanos fundamentales, sino más bien se está abriendo las puertas para la persecución de “delitos de pensamiento”. De esta manera pareciera que el Estado quiere decirnos y mostrarnos qué, cómo, cuándo y lo que debemos pensar.

  Esto ocurrió en este país porque ya había sucedido el arresto de personas que se dedicaban a rezar en silencio frente a los centros de abortos. Fue el caso muy sonado el de la señora Isabel Vaughan-Spruce que fue detenida por varios policías por rezar en silencio cerca de un centro de aborto en Birmingham. El Tribunal de Magistrados la acusaron penalmente de que sus rezos silenciosos e imperceptibles equivalían a intimidación. Y lo sucedido en un colegio católico en Canadá, donde fue arrestado un joven que protestó contra el uso de los baños por transexuales y por decir que sólo existen dos géneros, así como por expresar sus creencias religiosas en clase. ¡No cabe dudas de que, cuando un cristiano cae de rodillas, tiembla el mundo! ¡Tiembla el maligno!