miércoles, 2 de agosto de 2023

¡Otra vez la ONU!

 

En el pasaje evangélico de las tentaciones de Jesús en el desierto por el demonio, el evangelista san Lucas concluye señalando que el diablo, al ver que no pudo hacer caer al Señor en sus trampas, se apartó de él hasta el momento oportuno. ¡Y es que el diablo no se da por vencido! Se retira, pero no desaparece. Se retira a preparar la siguiente estrategia de ataque para hacer caer a su víctima y poder apartarlo del camino de Dios y de su voluntad. Por esto es por lo que en el diablo se resalta que tiene astucia, mas no poder. Con su astucia nos engaña para hacernos caer; nos envuelve con sus palabras encantadora, como lo hizo en su momento con Eva al presentarle de manera apetitosa el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal.

  El pasado mes de junio, nos enteramos de una jugada más de la Organización de la Naciones Unidas, en su afán de imponer la ideología de género y así destruir los fundamentos de la institución familiar natural. Y esta vez le tocó el turno al encargado del Comité de Derechos Humanos de Ginebra, que propuso imponer, - así como lo leen, imponer -; lo que clasificó como “antropología LGTBIQ+” a las religiones.  

  Es ya sabido que, este organismo, como parte de sus políticas impositivas, viene trabajando e imponiendo al conjunto de las naciones que la componen, la ideología de género o, como popularmente se le ha llamado, la ideología del arcoíris. Y sabemos con qué intención y finalidad lo hacen. No es un secreto. Estos siempre están preparando el siguiente ataque impositivo a las naciones y que tienen que ver con esta ideología genocida y liberticida. Podríamos preguntarnos: ¿Qué pasaría si este organismo pidiera o impusiera la fe cristiana a las naciones y así contribuyera a que desapareciera o se disminuyera la persecución a los cristianos? Se supone que este organismo vela por la “no discriminación”, sobre todo de las minorías. Pero, en sus documentos deja claro que no es así; que lo hace más bien buscando y propiciando la no discriminación de este grupo ideológico de género. Muchas veces se ha denunciado en este organismo la persecución y discriminación que, desde hace mucho tiempo, vienen experimentando los cristianos en muchos países, y el mismo organismo no ha dicho nada, o en el mejor de los casos, sólo ha dicho una que otra palabra como para que no digan.

  La propuesta de este Comité de DDHH, está contenido en el informe publicado en el pasado mes de junio, titulado Informe del Experto Independiente sobre la Protección contra la violencia y la Discriminación fundadas en la Orientación sexual y la Identidad de Género, donde se afirma en el mismo que “la antropología LGTBIQ+, debe ser (impuesta), en la legislación y las leyes educativas de todos los países y, además, en el cuerpo doctrinal de todas las religiones. De lo contrario, no será posible acabar contra la discriminación contra ese colectivo”. Claro que este informe es preliminar, que no cuenta con la aprobación, todavía, de los países miembros. Pero, aun así, no deja de ser un indicio de por dónde van las cosas en este organismo en lo que se refiere a sus políticas impositivas y su intención sesgada de privilegiar a una minoría por encima de la mayoría. Vemos aquí que, para este Comité parece ser que sólo existe un colectivo y que es el único que padece discriminación. Pero ¿no repara este mismo Comité en los cristianos que son perseguidos, - que no es un pequeño colectivo -, discriminados y asesinados por su fe religiosa? Tenemos que, el mismo Comité de la ONU se pronunció contra la quema del Corán realizada en Suecia a finales de junio pasado, en donde aprobó una resolución de condena a esta acción considerada de odio religioso. Pero ¿se ha pronunciado este mismo Comité por la quema de la Biblia en la India el año pasado o la quema de los templos cristianos; o por la quema de la Biblia hecha por un profesor en Ecuador, aduciendo que no es sagrada y que Jesús nunca existió; o cuando en la misma Suecia se convocó a quemar la Biblia y la Torá, frente a la embajada de Israel en Estocolmo? ¿Y qué decir de lo que se ha venido haciendo con la Biblia y sus versiones LGTBIQ+, donde se presenta a Dios en género neutro o no binario y con lenguaje inclusivo? Una profanación más de un libro sagrado. ¿Por qué estos grupos o minorías gay, no editan o presentan al profeta Mahoma como no binario o de género neutro? ¿Por qué no editan una versión del Corán en con lenguaje inclusivo? Sabemos la respuesta. Las principales ofensas y ataques, en occidente, están dirigidas sobre todo a los cristianos y, en particular a la Iglesia Católica y los católicos desde el arte, la política, la educación, la cultura.

  Vemos que este Comité de Derechos Humanos de la ONU, no mide a todos con la misma vara. Se nota su decantamiento por un grupo de privilegiados por encima de otros. No se busca aquí el enfrentamiento contra las religiones, sino más bien, que la libertad religiosa incluya el derecho a que la religión o religiones, no vayan contra las ideas de este colectivo del arcoíris. Este informe anima a presionar a los que no acepten los intereses de este colectivo, sean estados, empresas, personas y tradiciones religiosas. El informe concluye a que se acepte la diversidad de género en todas las religiones, de forma que nadie quede discriminado. El informe también utiliza un lenguaje un poco ambiguo, disfrazando en muchas partes su real intención. Pero, eso ya lo sabemos y no nos engañan.

  No caigamos en esta estrategia de manipulación, engaño e imposición ideológica. No nos acostumbremos a ver estos desmanes como algo normal, puesto que es parte de lo que buscan estos enemigos de la humanidad. Es verdad que ya no guardan las formas, sino que lo hacen con toda desfachatez en nuestras narices. Actúan como los todopoderosos. Exijamos a nuestros líderes políticos y autoridades civiles, que no se dejen convencer ni manipular con estas políticas ideológicas de género. Que velen por los intereses de sus países y sus gobernados, que son los que los elijen y a los cuales deben de darle cuentas de su administración.