“Todo esto es el libro de la vida, que es el
testamento del Altísimo y el conocimiento de la verdad” (Eclo 24,32).
Arribamos en este año a la celebración de la Feria del Libro Católico en
su edición número XXX. Treinta años compartiendo con nuestra gente de
todos los estratos sociales y de fe,
-gente de buena voluntad, -esta manera de seguir cumpliendo el mandato de
Nuestro Señor Jesucristo, de proclamar su mensaje del evangelio, su buena
noticia de salvación para todos nosotros. Treinta años que se dicen rápido,
pero que han sido todo un camino de experiencias en su mayoría positivas y de
muchas satisfacciones para la gloria de Dios y fortaleza de nuestra fe, de
nuestro movimiento de cursillos y compromiso eclesial.
Esta
Feria del Libro Católico nació como una inquietud de un grupo de hermanos en la
fe y dirigentes apostólicos de nuestro movimiento de cursillos como una manera
de promover y fomentar la lectura de la Palabra de Dios; esa Palabra que nos da
la vida en abundancia, nos comunica la misma Gracia de Dios revelada en su Hijo
Jesucristo. El mismo Jesús dijo que sus palabras son palabras de vida; que el
que no quiera creer que es el enviado de Dios no habría ningún problema, pero
que sí creyéramos a sus palabras. Pero también nos enseñó que todo el que
escucha sus palabras y las pone en práctica, ese sería su hermano, su hermana y
su madre. Pues todo esto es lo que en estos treinta años hemos querido seguir
transmitiendo con este evento eclesial y familiar de crecimiento y
profundización de la Palabra de Dios.
Para
este año, hemos querido tener en cuenta y hacer coincidir el lema de nuestra
Feria del Libro Católico con el lema pastoral de este año de nuestra Iglesia
Católica en nuestro país cuyo lema es “Dichosos los que escuchan la Palabra de
Dios y la cumplen” (Lc 11,28). Y es que tenemos que seguir siendo una Iglesia
que testimonia, proclama, celebra su fe
en Jesucristo, integrado en familias que contribuyamos a la vivencia de
los valores cristianos en todos los creyentes y personas de buena voluntad,
para así seguir haciendo visible el Reino de Dios en nuestra sociedad. La
Palabra de Dios tiene que seguir edificándonos no sólo como Iglesia de Cristo,
sino también como sociedad, puesto que nuestro fundamento esta cimentado sobre
el mensaje del evangelio; nuestra identidad está cimentada sobre el libro de la
vida, la Biblia; una sociedad que debemos estar en la constante búsqueda de la verdad
de Dios para que seamos una nación verdaderamente libre.
Acercarnos al libro de la vida, a la Biblia, es acercarnos a una
persona; es tener un encuentro con una persona que está viva y nos habla. El
libro de la vida no es solo y nada más un libro más que contiene unas letras
con un mensaje bonito. Es sobre todo, encontrarnos con una persona, con la
persona de Cristo, -el Hijo de Dios, el que nos ha revelado la verdadera imagen
de Dios Padre-, para que nuestra vida sea iluminada de una manera diferente,
para que así seamos al mismo tiempo, luz para todos los que nos rodean; ser luz
en nuestra Iglesia, en nuestras familias, en nuestra sociedad. La vida que nos
comunica el Hijo de Dios por medio de su Palabra es la misma vida que debemos
de testimoniar a todos para que puedan llegar a contemplar la viva imagen de
Dios ya desde ahora: “porque ahora vemos de una manera confusa, pero después lo
podremos contemplar tal cual es”.
Esta
nuestra Feria del libro Católico es una oportunidad más de renovar nuestro
encuentro con Cristo y SU Iglesia, ¡que es nuestra Iglesia! Es una ocasión para
encontrarnos como familia de fe, en un ambiente de fraternidad eclesial y
testimonial, puesto que será el mismo Cristo que estará acompañándonos todos
esos días, ya que, Él estará en medio de nosotros porque nos reuniremos en su
nombre para compartir tantas experiencias y vivencias por medio de los
conciertos que se han preparado para alabar y bendecir a Dios por medio del
canto; como lo dijo san Agustín: “El que canta ora dos veces”; las charlas de
predicadores conocidos por nosotros, que son instrumentos de Dios para
comunicarnos su buena noticia; las ponencias o presentación de libros por sus
autores donde nos transmitirán parte de su vivencia de fe por medio de la
palabra escrita; las actividades para compartir en familia, con los niños y
jóvenes; las ventas de libros, la celebración de las eucaristías que serán
espacios para fortaleza de nuestra fe en la escucha asidua de la Palabra de
Dios y recibimiento de su Cuerpo sacramental; y no podemos dejar de mencionar
el compartir los alimentos que se estarán ofreciendo durante el evento que debe
de ser también un espacio de compartir el pan material como signo del Reino de
Dios.
Preparémonos para participar de este evento de nuestra Iglesia Católica
en nuestra Arquidiócesis. En ella tendremos como invitada especial a la Diócesis
de la Vega, que es una de las primeras que se fundó en nuestro país. ¡La Feria
del Libro Católico es de todos! Es una celebración comunitaria y fraterna.
¡Aprovechemos este espacio de Encuentro con la Palabra de Dios, que es viva y
eficaz! Acojamos la Palabra de Dios que viene a nosotros nueva vez y dejémonos
transformar por ella, para que en medio de nuestra sociedad seamos luz que
ilumine la oscuridad.