martes, 11 de febrero de 2014

... Y siguen con la foto


Con motivo a la celebración de la Virgen de la Altagracia, Protectora de la República Dominicana; la Conferencia del Episcopado Dominicano, como es costumbre, escribe una carta pastoral dirigida al pueblo dominicano en donde aborda algún tema de actualidad y de corte preferentemente pastoral, en donde nos da una panorámica de lo que está sucediendo en nuestra sociedad y motivando por lo tanto a que asumamos algunas medidas al respecto tanto en lo que se refiere a lo eclesial como a lo social.

  Pues esta carta pastoral de este año lleva por título “Familia cristiana: vive y proclama tu fe”. En esta carta, nuestros obispos nos dan una panorámica, si no exhaustiva si general, sobre la situación actual de la familia en nuestra sociedad, la problemática que está enfrentando y posibles métodos de ayuda para poder enfrentar estos retos a que está siendo sometida esta pequeña pero fundamental célula de la sociedad. Nos dicen nuestros obispos: “nos golpea la violencia intrafamiliar con los feminicidios y suicidios… (n 11); es una preocupación ver a tantas familias incompletas…(n 12); la pobreza extrema y abandono del hogar…” (n 13). Hablan nuestros obispos del “plan de Dios sobre el matrimonio y la familia: Dios es el autor del matrimonio, no es hechura del Estado ni de la sociedad… (n 29); la familia es la primera comunidad humana revelada, querida e iluminada por Dios… (n 37); la familia es imagen de Dios…” (n 41). Nos hablan de la “misión de la familia cristiana: su misión es formar hombres y mujeres felices… (n 47). Sobre los “desafíos de la familia: el efecto negativo y masivo de los medios de comunicación en desmedro de los valores éticos y morales familiares…” (n 51). De la “pastoral familiar: la familia es prioridad fundamental en la pastoral eclesial… (n 57); invitando a un dialogo en la verdad para renovar la sociedad…” (n 70). Estos temas deben de ser profundizados por las diferentes comunidades eclesiales para una mayor riqueza y juntos buscar la forma de cómo ayudar a enfrentar las diferentes problemáticas que enfrentan las familias en nuestra sociedad.

  Pero, a lo que voy, -y es el motivo de este artículo-; esta carta fue acompañada por una foto de los miembros (obispos) de la Conferencia. Se señala que la foto estuvo manipulada y que esto es un atentado contra la ética, y que es también una falta de respeto a los medios y a la sociedad. La sala de prensa de la Conferencia emitió un comunicado en donde explica las razones de por qué el uso de la foto y los cambios. Se podrá estar o no de acuerdo con las razones expresadas por este organismo. Pero llegar a enrostrarle a la Conferencia que ésta ha sido una grave falta a los medios y sociedad y ponerlo como si de verdad se cayó en una falta imperdonable, creo que eso no es objetivo. Que si la Conferencia debió pedir disculpas, está bien; pero acusar la institución como si el error cometido es imperdonable, no. Si a esas vamos, pues entonces hay que enrostrarle a los medios la “falta grave” que cometieron algunos de ellos una semana antes de que se publicara la carta pastoral, en la que informaron sobre la muerte de “Monseñor Arnaiz”: ¿de dónde obtuvieron ellos esa información? ¿Quién se las facilitó? ¿La Conferencia del Episcopado? No creo. Si a la Conferencia se le critica el error y, por ende, hasta se le acusa de falta a la ética, entonces ¿cómo hay que calificar este error de los medios sobre la supuesta muerte de Monseñor Arnaiz? Hasta ahora yo no he escuchado ni leído en esos medios pidiendo una disculpa por el error en la información. Creo que si vamos a exigirle al otro que cumpla las normas éticas, también hay que exigírselas a los otros. Seamos todos éticos, porque no se vale señalar al otro y después esconder la mano.

  El debate en vez de centrarse en el contenido de la carta pastoral, se ha centrado en la dichosa foto. A esta se le han dedicado de artículos enteros hasta editoriales. Hay quienes están de acuerdo y otros no sobre su contenido. Hay que recordar que la carta pastoral no es palabra de Dios; es más bien una visión de una realidad de nuestra sociedad iluminada por el mensaje del evangelio y abordada desde la enseñanza del magisterio eclesial. La desilusión y críticas a su contenido vienen por lo general marcada por esa ideología que promueven muchos comunicadores que velan y proclaman los intereses de organismos internacionales y ONGs que financian ideas contrarias a los valores morales, culturales, sociales y religiosos de nuestra sociedad. Claro que la “carta es pobre” porque no dice lo que ellos quieren que diga, sino lo que tienen que oír, y esto incomoda. La Iglesia no se va a acomodar a sus criterios e ideas dañinas, sino al evangelio. La Iglesia no puede dejar de ser lo que es, porque si ella calla, serán las piedras las que hablarán.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario