“Y yo te digo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta
piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del abismo no prevalecerán contra
ella” (Mt 16,18).
Esta es una pregunta o afirmación que muchas
personas, creyentes y no creyentes, se hacen y otros la dan como un hecho.
Desde hace mucho tiempo atrás, siempre hemos escuchado que, si la Iglesia
Católica no se “adapta” a los nuevos tiempos, desaparecerá porque lo que
enseña, el mensaje que proclama está desfasado y esto provocará que sus
miembros la abandonen. Pero, los que afirman o se preguntan esto, se olvidan de
las palabras dichas por el mismo Jesús de que “el cielo y la tierra pasarán,
pero sus palabras no pasarán”.
Tenemos que la revista The Economist, - que
aborda la actualidad de las relaciones internacionales y de la economía desde
el marco global y que tiene su sede en la ciudad de Londres -, publicó un
artículo en su edición de julio, bajo el título “La Tormenta sin fin”, en donde
anuncia o predice un cisma en la Iglesia Católica. Dice el artículo: “La
Iglesia tiene que seguir Aggiornandosse, adaptándose al mundo a toda velocidad,
empezando por permitir el matrimonio a los sacerdotes, en la creencia de que el
celibato es la causa última de los abusos sexuales por el clero”. Lo cierto es
que esta tesis ya está desmontada por las investigaciones hechas, - como el
Centro por la Protección de la Infancia de la Pontificia Universidad
Gregoriana, que concluyó en un estudio realizado que, más del 90% de los abusos
sexuales los cometen quienes no viven en celibato, es decir, en las familias,
en las asociaciones de deporte y otros grupos e instituciones, y está también
la Fundación ANAR, (Ayuda a niños/as y adolescentes en Riesgo), que en su
estudio realizado entre 2008-2019, ha concluido que los abusos a menores en el
clero en España son inferior al 1%. Claro que esto no debe tomarse como un
alivio o justificación. Ya lo dijo el Papa Benedicto XVI y el Papa Francisco lo
ha reiterado: “un solo caso de abuso ya es demasiado”. Es mentira que el
celibato sea la causa de estos abusos. Se toma esto más bien como la excusa
para atacar el don del celibato que por tantos siglos, a pesar de los errores
cometidos, le ha funcionado y ha sido una bendición para la Iglesia. No es
cierto que, si se aboliera el celibato, desaparecerían los casos de abusos. Y
entonces, los casos de abusos sexuales que suceden en la familia, y entre los
pastores casados de iglesias protestantes - que son en un porcentaje mucho
mayor que en el clero católico-, ¿cuál es la causa? Y es que el problema real
no está en el celibato, sino en el interior de la persona, en su afectividad,
en su psicología. La verdad que está disfrazada en este artículo de opinión de
este semanario inglés es su sesgo cristianófobo.
Pero, sigue diciendo el artículo del
semanario que “La Iglesia necesita cambios, que esos cambios se van a dar y que
eso, probablemente, lleve al cisma que, citando fuentes vaticanas, está en el
aire”. De seguro que a lo que apunta este artículo es a lo que viene sucediendo
desde hace un par de años en la Iglesia Católica en Alemania con el Camino
Sinodal que llevan a cabo. Dice también el artículo que “el mundo debe tener
una religión universal coherente con las ideas hoy dominantes en medios y en la
esfera pública, y para asumir ese papel la Iglesia debe renunciar lo más
posible a doctrinas específicas, y a la pretensión exclusiva de ser custodia de
una Verdad Universal y eterna”. Pero si la Iglesia hiciera esto, estaría
traicionando al mismo Jesucristo. La Iglesia está en el mundo, pero No es del
mundo. Está en el mundo para iluminarlo, guiarlo fuera de sus oscuridades y
llevarlo a Cristo. Ya el escritor estadounidense, de origen japonés, Francis
Fukuyama, en su libro El fin de la Historia y el Último Hombre, afirma que la
religión cristiana, concretamente el catolicismo, debe de renunciar a creerse
la religión verdadera, renunciar a sus dogmas, y pasar a ser una religión más
entre otras. Lo cierto es que los cañones de ataque están dirigidos a la
Iglesia Católica, pero ¿por qué? ¿Por qué si las otras iglesias cristianas,
muchas de ellas se han plegado a esta agenda globalista con sus postulados, su
concentración es doblegar a la Iglesia Católica con sus postulados? La
respuesta es clara: la Iglesia católica, con el mensaje que proclama del
evangelio, es una piedra de choque para toda esta agenda globalizada y genocida
que quiere imponer la élite mundial por medio de la agenda 2030 y la ideología
de género. Y es que el concepto del hombre y la naturaleza que proclama la
Iglesia, no se deja manipular. La Iglesia sólo se arrodilla ante su Señor
Jesucristo y no ante estos dioses de barro promotores de esta ideología. La
intención es clara: acabar, desprestigiar moralmente a la Iglesia católica.
Pero, sigamos citando el artículo en
cuestión. Ante esta problemática de la Iglesia Católica, el semanario propone
la solución: “Lo primero que dicen estos globalistas es que están apoyados por
diversos obispos, proponiendo una modernización de la Iglesia en la que el Papa
deberá aceptar la abolición del celibato para los sacerdotes, pero también
apertura a las mujeres sacerdotisas y aceptación del matrimonio entre personas
del mismo sexo”. Pues ya vemos por donde vienen estos gurúes globalistas que se
presentan como una especie de “salvadores” de la Iglesia para que no
desaparezca. Es decir que, la salvación de la Iglesia ya no está ni depende de
la gracia santificante de Cristo, del Espíritu Santo, sino de estos gurúes
globalistas. Son ellos los que se están presentando y pretenden hacer cumplir
la promesa de Cristo.
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