martes, 16 de mayo de 2023

El Concordato: otra vez la manipulación injerencista y mediática

 

Ha sido publicado en un medio periodístico nacional, Diario Libre, un documento o informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica, donde afirma, señala o asegura que, en la República Dominicana se privilegia a la Iglesia Católica sobre las demás creencias religiosas. Esto, según el informe, se debe al Concordato que está establecido entre la Santa Sede y el estado dominicano.

  Vamos un poco atrás. Partamos del hecho de que, la Santa Sede es un Estado y goza de los derechos y deberes establecidos en el derecho internacional. Esto así, el papa no sólo es el líder espiritual mundial de los católicos, sino que también es jefe de estado, en este caso particular, es le jefe del estado del Vaticano. Por esta razón es que, cuando visita un país se le rinden los honores protocolares establecidos para un jefe de estado, al igual que cuando un jefe de estado hace una visita oficial al papa en el Vaticano es recibido por éste y se realizan reuniones entre ambos.

  El Concordato, también llamado acuerdo o convenio, es el contrato establecido entre la Santa Sede y un Estado, que regula la condición de la Iglesia Católica y su culto en dicho Estado. También establece las pautas de cooperación entre ambas partes con el fin del beneficio mutuo. La palabra viene del latín “concordatum”, que significa “lo acordado en armonía”. El Concordato no es ningún privilegio que un estado le otorga a la Iglesia Católica, por encima de otros credos religiosos. Dicho en otras palabras, son acuerdos bilaterales que buscan un beneficio mutuo. Como todo acuerdo que se firma o establece un estado, este tiene que ser ratificado por sus respectivos organismos legislativos que son los que velan porque dicho acuerdo no vaya en detrimento de la Constitución de dicho estado. Debe quedar bien claro que el Concordato es un acuerdo que regula las relaciones entre dos estados soberanos; no es un acuerdo entre la Conferencia Episcopal y un estado; aunque pueden establecerse acuerdos entre estas dos partes, pero no tendrían el peso y compromiso que garantiza el establecerlo con la Santa Sede. Dichos concordatos o acuerdos pueden ser revisados periódicamente cuando una de las partes así lo pida o manifieste.

  El estado del Vaticano es el más pequeño del mundo. Y, sin embargo, es el estado que tiene más relaciones y acuerdos establecidos con un sin número de estados en todo el mundo. En una conferencia dictada por el Secretario de Estado del Vaticano, Mons. Pietro Parolín, en la Universidad Pontificia Gregoriana, titulada “Los acuerdos de la Santa Sede con los Estados”, destacó siete puntos fundamentales a tener en cuenta en las relaciones o acuerdos entre la Santa Sede con los Estados: 1) libertad religiosa; 2) adaptación de los acuerdos a las circunstancias históricas de los pueblos; 3) la libertad de la Iglesia en el ejercicio de su misión; 4) la Santa Sede tiene en cuenta el episcopado y la conferencia episcopal del país; 5) los acuerdos sirven para que la Iglesia, dentro de su país, ayude a la construcción de una sociedad humana, justa y solidaria; 6) hay relaciones establecidas con estados sin ningún convenio, aunque haya relaciones diplomáticas y, 7) la participación de la Santa Sede en reuniones internacionales donde se establecen acuerdos. La Santa Sede tiene un puesto de observador permanente en las Naciones Unidas.

  La Santa Sede tiene establecidos concordatos, acuerdos o contratos con un gran número de países. El primero de estos fue establecido en el 1122, por el papa Calixto II y el rey Enrique V del Sacro Imperio Romano Germánico. Otro Concordato importante fue el establecido con el estado francés el 15 de julio de 1815. Otro fue el establecido con el Reich alemán el 29 de julio de 1963. Otro es el establecido con el estado español en 1953, con el papa Pío XII y Francisco Franco. En este mismo tenor, tenemos el Concordato establecido entre la Santa Sede y el estado dominicano de junio de 1954, suscrito por el papa Pío XII y el dictador Rafael Leónidas Trujillo.

  Y hablando de este último Concordato, - y que es el tema que nos atañe en esta ocasión -, desde hace unos años atrás, siempre se ha querido satanizar este acuerdo bilateral entre el estado dominicano y la Santa Sede. No voy a entrar aquí a hacer un análisis de dicho acuerdo en el sentido de las circunstancias históricas que llevaron a su firma entre ambos estados. Mucho se ha hablado y se ha analizado sobre este y otros aspectos; opiniones a favor, opiniones en contra, etc. Han sido varios los grupos minoritarios de nuestra sociedad dominicana que han hecho manifestaciones públicas y han expresado sus opiniones para lograr que este acuerdo se elimine. Aducen muchos de estos grupos que este Concordato es causa de discriminación en relación a otros credos religiosos; otras opiniones es que dicen que por este acuerdo la Iglesia Católica se mete en asuntos y temas de orden político, haciendo valer e imponer su voz; otras opiniones dicen que este Concordato viola la laicidad del estado dominicano, siendo esto falso porque, laico no quiere decir ateo; más bien lo laico quiere decir que el estado permite la pluralidad de confesiones religiosas como tantas sean posibles dentro de un marco legal y de orden público.  Se han introducido hasta recursos de inconstitucionalidad ante este acuerdo, pero todos han sido rechazados porque el máximo tribunal judicial dominicano en su sentencia de 10/2008 dictaminó que “El Concordato que regula las relaciones entre el Estado y la Iglesia Católica no es inconstitucional”, ante un reclamo que hiciera en su momento el ministerio evangélico Jesús es Sanidad y Vida eterna. La Suprema Corte declaró “conforme a la Constitución dominicana” el acuerdo de asuntos eclesiásticos suscrito por la Santa Sede y el Estado dominicano. Además, señaló en su sentencia que, “El Concordato no viola la libertad de culto ni constituye un privilegio”; el máximo tribunal entendió que “no existe la posibilidad de que haya menoscabo a la libertad de culto por el acuerdo internacional, porque las religiones tienen la libertad para celebrar su culto”.

  Pues con todo lo dicho anteriormente, tenemos entonces que ahora se hace público este informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica que lleva por título “República Dominicana Informe Internacional de Libertad Religiosa 2022”, nos viene a decir, a señalar con su dedo acusatorio que en la República Dominicana se privilegia a la Iglesia Católica por encima de las otras confesiones religiosas. Argumenta en su informe que “pese a que la constitución dominicana establece la libertad de conciencia y culto, el Concordato de 1954 designa el catolicismo como la religión oficial del estado y otorga privilegios especiales a la Iglesia Católica que no se otorgan a otros grupos religiosos”.

  Pero, leamos lo que dice el Concordato al respecto de este punto. En su artículo 1 dice: “La religión católica, apostólica, romana sigue siendo la de la nación dominicana y gozará de los derechos y de las prerrogativas que le corresponden en conformidad con la Ley Divina y el Derecho Canónico”. Leemos aquí que en ninguna parte de este primer artículo se especifica que la religión católica sea la religión oficial del estado dominicano.

  Sigue señalando el informe que “los privilegios a la Iglesia Católica incluyen la financiación de los gastos de la Iglesia, incluida la administración y la construcción, las excepciones de visa y las exenciones de los derechos de aduana para funcionarios de la Iglesia”. A ver, esos “privilegios” que señala este informe, sería muy bueno hacerle ver a este Departamento que la financiación por parte del estado no sólo es a la Iglesia Católica. El estado dominicano también otorga financiamiento a otras iglesias cristianas no católicas, al igual que exenciones fiscales. Por otro lado, hay que aclararle a esta gente y al público en general que, si es cierto que la Iglesia Católica se le otorga exenciones fiscales, también es cierto que muchas de las obras y acciones que realiza la Iglesia Católica en nuestra sociedad lo hace buscando ayuda y donaciones de otros grupos y particulares, así como el aporte de las mismas comunidades que atiende pastoralmente. Esta concesión no siempre es utilizada por la Iglesia Católica. Y si a este hecho vamos, solo hay que ir a las estadísticas oficiales para saber y darnos cuenta qué institución religiosa es la que más acude a esta concesión. Y ante esto, la Iglesia Católica nunca se ha quejado ni mostrado su desacuerdo. Por otro lado, hay que dejar claro que, el estado dominicano es absolutamente libre para establecer acuerdos con quien lo considere y la Iglesia Católica no le atañe inmiscuirse en esas decisiones soberanas del estado. El estado dominicano nunca le pregunta, ni tiene por que hacerlo, a la Iglesia Católica si está de acuerdo con tal o cual acuerdo institucional o internacional.

  Por más que se quiera señalar o acusar, el Concordato jamás ha sido ni será causa de discriminación hacia otras confesiones religiosas. El Concordato no viola ni lacera ni limita el ejercicio pleno y derecho constitucional de la libertad religiosa y de culto. Todas las confesiones religiosas en la República Dominicana gozan del pleno derecho a manifestar en privado y públicamente, su fe, su culto, sus dogmas, etc. Todas tienen el pleno derecho a tener propiedades, colegios, hospitales, medios de comunicación televisivos, radiales, escritos para cumplir con su misión pastoral y evangelizadora.

  Pero, lo que más llama la atención es que este documento se haya hecho público en estos momentos, y eso llama a sospecha. Sospecha, porque justamente nuestra sociedad dominicana se viene debatiendo desde hace años atrás la aprobación del Código Procesal Penal que ha estado estancado por años, y se toma como excusa el tema de la legalización o no del aborto y sus tres causales. Y no podemos negar el protagonismo y lucha que ha venido teniendo la Iglesia Católica, al igual que otras iglesias cristianas no católicas, para que se apruebe el nuevo Código Procesal Penal sin la legalización del aborto, y más bien buscando establecer su penalización. Pero, los intereses políticos, económicos e ideológicos no han permitido que esto se logre, y siempre ha sido el tema del “amagar y no dar”. Se le ha tratado de buscar alguna alternativa a este tema del aborto, por ejemplo, el tratarlo como un tema aparte del Código, pero esto tampoco sería lo correcto. Los intereses e injerencia de poderes foráneos no han permitido que nuestra nación tenga un código moderno y actual, debido a su sesgo ideológico e impositivo con el tema del aborto y todo lo que el mismo traería si esa puerta de abre.

  No hay dudas de que este es un tema más, jalado por los moños y manipulador que sigue persiguiendo el arrodillar a nuestra nación para que violente su propia Constitución que defiende y protege la vida del ser humano desde su concepción hasta su muerte natural. Este es el real punto que está detrás de este informe sesgado y manipulador. El Departamento de Estado más bien debe de mirar a su interior y enfrentar la situación difícil que esta viviendo la sociedad norteamericana en lo que respecta a libertad religiosa. La actual administración del presidente Biden no se ha destacado precisamente por ser la paladina de ello en su propio país. Ellos sí que están propiciando la discriminación y privilegiando unos colectivos minoritarios por encima de las mayorías. El propio presidente estadounidense, que se proclama católico, es el primero que va en contra de la fe y doctrina que dice profesar, y beneficia a otros grupitos sobre los verdaderos derechos humanos que incluye la libertad religiosa. Una administración que, se pone a señalar con el dedo acusador a otros países porque defienden y protegen la vida de los más vulnerables, como es el niño en el vientre materno; y que acaba de llamar “potenciales terroristas domésticas a las madres provida”.

  Ya basta de traer temas jalados de los moños para justificar la mentira. Con este informe está claro que lo que pretenden es influenciar en la sociedad dominicana haciendo un señalamiento a la institución religiosa católica como la culpable de ciertos males y retranca del avance de la sociedad. No nos dejemos manipular por estos informes tendenciosos y desviados de la verdad.

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