miércoles, 13 de enero de 2016

Sentencia Valiente


“No actúes con injustica cuando dictes sentencia: ni favorezcas al débil, ni te rindas ante el poderoso. Apégate a la justicia cuando dictes sentencia” (Lv 19,15).



  El Tribunal Constitucional ha dictado sentencia sobre la inconstitucionalidad del nuevo código procesal penal que se reformó para permitir, entre otras cosas, la aplicación del aborto en algunas circunstancias. La misma sentencia del Tribunal manda a que siga en vigencia el anterior código penal. Pero como ya sabemos, y esa fue la principal objeción de los grupos de la sociedad civil y movimientos cristianos católicos a favor de la constitucionalidad, que la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural está protegida por la última reforma constitucional que se llevó a cabo en el 2010. Se aduce para esta sentencia de inconstitucionalidad que los procedimientos por los cuales se llevó a cabo esta reforma del código que no se cumplieron con la formas que permite la misma Constitución, ya que solo fue aprobada por una de las dos cámaras (Diputados) sin pasar por la de los Senadores; además que se cometieron varias irregularidades durante el conocimiento de las observaciones que hizo el Poder Ejecutivo a la pieza. Esta sentencia lo que deja en claro es que se ha fallado en cuanto a la forma las acciones directas de inconstitucionalidad de la ley núm. 550 que instituye un nuevo código procesal penal; y en cuanto al fondo acoge las acciones directas de inconstitucionalidad, descritas anteriormente y declara así su inconstitucionalidad del citado número.

  Como era de esperarse, fruto de esta sentencia hay vencidos y vencedores; se experimenta el néctar de la victoria y la agonía de la derrota. Por parte de los vencidos ya se expresan los grupos contrarios a la vida de los más vulnerables que, dejados llevar por intereses foráneos extranjeros, Ongs y organismos internacionales, se apandillan en contra de la vida humana, sobre todo, de los más indefensos. Escuchamos también opiniones en los diferentes medios de comunicación de estos que también están en contra de la vida de los no nacidos y que actúan como bocinas de estos grupos y organismos foráneos y que obedecen a una agenda violatoria de nuestras leyes y de cultura de la muerte que quiere instalarse en nuestra sociedad. Por el otro lado escuchamos las voces de los vencedores que se regocijan porque ha triunfado, no el dinero ni la presión mediática, sino la verdad, la ley, la constitucionalidad.

  A estos grupos y sus incumbentes hay que recordarles que la historia fundacional de la República  Dominicana está cimentada sobre la base del cristianismo católico porque así lo quisieron nuestros próceres de la Patria y esto no se puede borrar ni si quiera por decreto, porque de ser así tendríamos que regresar en el tiempo y quitar de la gesta independentista todo lo que sea y huela a cristianismo. El mismo Jesús ya había dicho que debemos de buscar la verdad, y en el centro de nuestro escudo nacional está la Santa Biblia abierta en el pasaje del evangelio de san Juan que dice “la verdad los hará libres”. Esta es la verdad que se ha querido violar, mancillar; y por la valentía de estos hombres y mujeres convencidos de que esto es lo que conviene a nuestra sociedad se lanzaron a las calles y enfrentaron a los poderosos imperialistas que quieren imponernos sus ideas y leyes porque lo que les interesa son mantener tranquilas sus fronteras y países de lo que ellos llaman la “plaga” migratoria.

  Los problemas de las sociedades –ya sean desarrolladas o subdesarrolladas-, no se resuelven eliminando al ser humano, sino asumiendo y elaborando políticas públicas que promuevan y defiendan a todos, especialmente a los más vulnerables e indefensos. Solo basta que echemos una mirada a esos países desarrollados y progresistas cómo se están quedando sin relevo generacional a consecuencia de haber asumido una guerra en contra del mismo ser humano acabando con ellos. En España, según el Instituto Nacional de Estadísticas, el índice de muertes ha aumentado a un 10% en contra de los nacimientos que se redujo a un 0,8%. Es decir, que en España han muerto más personas que las que han nacido. Gran parte de esta situación es causa del número de abortos que se practican en esa nación.

  Pero cuidado, este triunfo no nos debe llevar a dormirnos en nuestros laureles porque lo cierto es que el enemigo no duerme y solo se retira a preparar su próxima embestida para atacar con más fuerza. Los intereses que están en juego son muy poderosos. Recordemos que por la plata baila el mono. El chantaje a nuestros pueblos tercer mundistas está siempre a la puesta del día. Los poderosos utilizan la pobreza de nuestros países para imponer sus leyes mediante el chantaje. Como dijo un alto funcionario “es mejor morir de pie que seguir viviendo arrodillado”.

 

 

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