Ha sido publicada la esperada Exhortación Apostólica
del papa Francisco Christus Vivit (Vive
Cristo). Esta es la cuarta Exhortación del pontificado de Francisco. Recordemos
que este documento pontificio, -la Exhortación Apostólica-, es el documento
final que el romano pontífice escribe donde recoge o sintetiza las conclusiones
de un Sínodo, ya sea solamente de obispos o también de obispos con la
participación de laicos, para tratar algún tema de interés pastoral de una
iglesia particular o regional, así como de la Iglesia universal. Este documento
no es de contenido doctrinal, es decir, no define aspectos de la doctrina
eclesial, sino más bien, trata aspectos o elementos en la línea pastoral.
Pues
con este documento que el papa Francisco ha firmado y la Santa Sede publicado,
se marcan unos lineamientos a tener en cuenta en lo que respecta al trabajo
pastoral con los jóvenes ya que, es el fruto del pasado Sínodo de los jóvenes
que se llevó a cabo en la Ciudad del Vaticano en octubre del año pasado. Este
documento tiene la particularidad de que en su mayoría de contenido está dirigido
a los jóvenes, pero no de manera exclusiva a ellos; sino también a todos los
fieles católicos (obispos, presbíteros, diáconos, laicos), y personas de buena
voluntad. Otra particularidad que encontramos en el mismo es su extensión:
consta de 299 puntos o párrafos y nueve capítulos. Otro aspecto es que fue
publicada el pasado 2 de abril, día en que murió el papa san Juan Pablo II y que
fue declarado por el papa Francisco como “Patrono
de las jornadas mundiales de la juventud”. También recordemos que el documento
se titula haciendo uso de las primeras palabras con las que inicia su escritura:
“ Vive Cristo”.
Los
capítulos en que está dividido la Exhortación son: 1- ¿Qué dice la palabra de
Dios sobre los jóvenes?; 2- Jesucristo siempre joven; 3- Ustedes son el ahora
de Dios; 4- El gran anuncio para todos los jóvenes; 5- Caminos de juventud; 6- Jóvenes
con raíces; 7- La Pastoral de los jóvenes; 8- La vocación, y 9- El
Discernimiento. En este documento, el papa Francisco nos recuerda algunas
convicciones de nuestra fe y alienta a crecer en la santidad y en el compromiso
de la propia vocación. También explica el Papa que la Iglesia tiene que ser
liberada de aquellos que quieren avejentarla, volverla inmóvil. Pero también
hay que liberarla de otra tentación: creer que es joven porque cede a todo lo
que el mundo le ofrece; creer que se renueva porque esconde su mensaje y se
mimetiza (tomar la apariencia de las cosas o seres de su entorno), con los demás.
La Iglesia es joven cuando es ella misma; cuando recibe la fuerza siempre nueva
de la Palabra de Dios, la Eucaristía, de la presencia de Cristo…de la fuerza de
su Espíritu cada día.
Apoyando
lo anterior, el cardenal arzobispo de Colonia, Monseñor Rainer María Woelki
dijo: “La Iglesia no necesita
reinventarse, sino ser fiel a Cristo y al evangelio”. Esto lo dijo a raíz
de todos esos comentarios y afirmaciones que se están dando en muchas personas
e incluso en muchos católicos que piden y quieren que la Iglesia cambie su
enseñanza moral y sexual, ya que esto parece ser, según el cardenal,
consecuencia de no haberla predicado bien. Y advierte también que a pesar de la
presión de la sociedad y los medios de comunicación, la Iglesia no puede
cambiar sus enseñanzas y contradecir el evangelio. Es aterrador y vergonzoso
que cada vez más haya personas que no quieren escuchar el mensaje de salvación,
que no pidan los sacramentos, que consideren el evangelio como algo piadoso y
el credo como algo poético. Al parecer, los heraldos de la fe han fracasado.
¡Jesús
vive y te quiere vivo!, les dice el papa a los jóvenes. El papa advierte que,
como joven, uno puede pasar la vida distraído; volar sobre la superficie de la
vida; adormecido e incapaz de establecer relaciones profundas y de entrar en lo
más hondo de la vida. De ese modo prepara un futuro pobre, sin sustancia; o uno
puede gastar su juventud para cultivar cosas bellas y grandes y así preparar un
futuro lleno de riqueza interior. Necesitamos proyectos que fortalezcan a los jóvenes,
los acompañen y los lancen al encuentro con los demás, al servicio generoso, a
la misión. Jesús es la verdadera juventud de un mundo envejecido y también es
la juventud de un universo que espera con “dolores de parto” ser revestido con
su luz y con su vida.
Otro
aspecto que el papa subraya es que ser joven, más que una edad, es un estado
del corazón. Los miembros de la Iglesia no tenemos que ser “bichos raros”.
Todos tenemos que sentirnos hermanos y cercanos como los Apóstoles. Pero al
mismo tiempo tenemos que atrevernos a ser distintos, a mostrar otros sueños que
este mundo no ofrece; a testimoniar la belleza de la generosidad, del servicio,
de la pureza, del perdón, fidelidad a la propia vocación, la oración, lucha por
la justicia y el bien común, amor a los pobres, etc.
Con
estas palabras no queremos ni pretendemos evitar la lectura de este documento
apostólico; más bien lo que queremos es provocar todo lo contrario: que nos
motivemos a leer sus páginas de una manera atenta, sin prisa, con paciencia,
porque su contenido es muy rico para seguir creciendo y fortaleciendo nuestra
fe y fidelidad a Cristo y su evangelio, y también nuestra pertenencia a su
Iglesia.
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