miércoles, 13 de noviembre de 2019

La humanidad al borde de la Esquizofrenia


“Pero, ten por seguro que, si te olvidaras del Señor, tu Dios, y, marchando tras dioses extraños, le rindieras culto y te prosternaras ante ellos, te aseguro hoy en su presencia que perecerás irremisiblemente; de la misma manera que las naciones a las que el Señor ha hecho perecer ante su vista: así perecerán por no haber escuchado la voz del Señor, su Dios” (Dt 8,19-20).



  Etimológicamente, la palabra “esquizofrenia” viene del vocablo griego “schizein”, que significa “dividir, escindir, hendir, romper”; y de “phren” que significa “entendimiento, razón, mente”. Es decir que, la esquizofrenia es “la división, el rompimiento de la mente, del entendimiento, de la razón”. Y en cuanto a su definición, la esquizofrenia es un grupo de enfermedades mentales que se caracterizan por alteraciones de la personalidad, alucinaciones y pérdida de contacto con la realidad; también como un trastorno que afecta la capacidad de una persona para pensar, sentir y comportarse de manera lúcida. El esquizofrénico pierde el contacto con la realidad. Si aplicamos estas palabras a la humanidad, podríamos decir que, ciertamente, ésta está padeciendo un fuerte trastorno esquizofrénico ya que, nos están llevando a una especie de rompimiento, de división de la razón y así hacernos caer en una pérdida de contacto con la realidad y comportarnos de una manera desorganizada.

  Pero esta esquizofrenia no nos ha caído del cielo ni ha aparecido de repente en nuestro camino. Esta aparición es más bien causada por alguien o algunos poderosos que han venido empujando, sino a toda la humanidad, sí a gran parte de ella, y como consecuencia, así el resto se va contagiando de la misma; dicho más gráficamente, es como que están llevando a la humanidad a ponerla entre la espada y la pared. Hay quienes dicen que, más que una enfermedad mental, lo relacionan más a una enfermedad del alma. Y es que, como bien sabemos, los seres humanos somos una composición o unidad de alma y cuerpo, materia y espíritu. Se habla de alma humana y alma animal; el alma como el “aliento” de vida. El alma humana procede de Dios, es propiedad de Dios. En el libro del génesis leemos que, después de haber creado al hombre del barro, Dios insufló en sus narices el “aliento” de vida a esa materia. Pero, también es importante tener en cuenta que, los seres humanos, a diferencia de los demás seres vivientes, también tenemos “espíritu”. Es decir, el alma es el aliento de vida, pero el espíritu es el que nos da la posibilidad de relacionarnos con el trascendente, con Dios. Podríamos decir que no basta el alma para salvarnos, sino que es necesario tener el Espíritu. Y éste es el que los cristianos recibimos cuando somos bautizados.

  La persona que vive en esa constante y permanente separación de su alma para con lo trascendente (llámele, Dios, Alá, Buda, Cristo, etc.); corre el riesgo de, al mismo tiempo, relacionarse con otro u otros sustitutos del ser trascendente. Y es que el hombre, por más que quiera, no puede vivir sin Dios o sin un sustituto de Dios; tiene o tendrán siempre su o sus pequeños dioses. El hombre que se aparta de Dios ya sea porque no le interesa, por indiferencia o ateísmo, sólo le queda el puro intelecto; pero este es limitado.

  Las causas de la esquizofrenia no están del todo identificadas con exactitud. Hay autores que señalan unas causas colectivas, como son las drogas narcóticas, alcohol, los medios de comunicación, -con su línea de desinformación y manipulación-, la industria del entretenimiento (cine, música), adoctrinamientos; otra de las causas colectivas que está contribuyendo a esta esquizofrenia es la migración masiva ilegal que está encaminada a lo que algunos han calificado como el “suicidio étnico” de los pueblos, es decir, que no existan las razas. Y he aquí algo contradictorio: estos grupos de la nueva izquierda no quieren que haya razas, pero sí denuncian el racismo.  Esta esquizofrenia, quien o quienes la están provocando es porque algún interés busca con ello, como si buscaran el propósito de desarticular, desarmar la sociedad humana; volverla una especie de rompecabezas en el que las fichas se pondrían medalaganariamente por el armador. ¿Qué es lo que le da al hombre la fortaleza como ser humano? Pues la familia. Y esta es la principal fortaleza que estos re-ingenieros quieren y están desarticulando; volver al hombre vulnerable y así quede debilitado y cada vez más empequeñecido, y lógicamente, así quedará como una presa más fácil. Parece que la intención es generar, buscar, fomentar, crear pueblos, naciones, sociedades cada vez más desorientados, vulnerables, desarticulados, infelices, desculturizados, que no piensen por ellos mismos. Y es que, no hay nada más difícil de controlar que un pueblo, sociedad o nación inteligente, bien articulado, bien organizado y que piense por ella misma; una sociedad que no sea borrega, que no sea ni viva como una masa, como un conglomerado. Hoy, gran parte de la humanidad está “loca”, es decir, fuera de lugar, fuera de sitio. Por lo tanto, hay que ver la forma, la manera de cómo hacer volver a esa parte de la humanidad a alinearse con la realidad. ¡Tenemos que recuperar los valores éticos-morales; tenemos que recuperar nuestra identidad y principios cristianos en los que fue fundada nuestra cultura occidental; tenemos que recuperar la soberanía de los pueblos!



Bendiciones.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario