viernes, 16 de diciembre de 2022

¡Serán como dioses! (y 4)

 

  Hay que tener en cuenta que todas estas medidas que esta élite globalista está inventando, serán aplicadas al resto de la población, pero no es aplicable para ellos: quieren reducir la población mundial imponiendo políticas abortistas, eutanasia, homosexualismo, transgenerismo, etc., pero ellos no asumirán dichas políticas porque se seguirán reproduciendo; quieren obligar a la humanidad a comer carne sintética creada en laboratorios, pero ellos nunca la comerán, sino más bien que seguirán dándose su banquete de langosta, filete y caviar. Al respecto de este punto, ya la Unión Europea aprobó, en el 2021, el consumo de insectos, alegando que son una fuente alternativa de proteínas que puede apoyar la transición hacia un sistema alimentario más saludable y sostenible, hasta el punto de que, hay colegios en la misma Unión Europea que los han incluido en el menú de los colegios para los alumnos y así se vayan acostumbrando; también se está llevando a cabo una campaña publicitaria con personas del medio del espectáculo y cine, donde se promueve el consumo de este “exquisito” alimento. Quieren también impedir que la población siga usando los combustibles fósiles porque alegan que son altamente contaminantes y por eso están impulsando la industria de los vehículos eléctricos, pero está surgiendo el problema de el gasto y costo de la energía eléctrica al grado de que, en Francia y otros países, han limitado el consumo de la misma en estos vehículos. Lo mismo aplica para el uso de los aviones por su gran índice de consumo de combustibles fósiles, pero ellos se pueden moverse en sus aviones privados por todo el mundo.

  Pero una frase que ha llamado mucho la atención y que esta élite globalista promueve como su eslogan es “No tendrás nada, pero serás feliz”. Pero ¿qué significa esta frase? ¿Qué se esconde detrás de ella? Es decir, no tendrás nada en propiedad y todo lo alquilarás. O sea, alguien será el propietario de eso que alquiles y, por lo tanto, el propietario podrá y tendrá el poder para limitar y hasta controlar el uso de lo que se alquile. En fin, esta élite globalista pretende, busca y quiere que todo el poder, - el poder absoluto -, esté en manos del Estado.

  La libertad e independencia de las personas, del aparato económico, están desapareciendo y muchos no nos estamos dando cuenta, y más bien hasta lo apoyamos y aplaudimos como focas amaestradas.

  Es importante aclarar que el Foro Económico Mundial o Foro de Davos, no es el único grupito que está detrás de esta reingeniería social, transhumanista y medioambiental. Cuando hablamos de élite globalista nos referimos a un grupo más amplio de poderosos económicos que juntos se han confabulado para someter a casi la totalidad de la población mundial a sus experimentos eugenésicos y robóticos, porque no son más que unos psicópatas eugenistas. Entre ellos podemos mencionar la Fundación Rockefeller, Fundación de Bill y Melinda Gates, la Alianza Global para las vacunas (GAVI), la Open Sociaty de George Soros, y otros más.

  Pero ¿por qué hay tanta pasividad de la población ante toda esta afrenta que estamos recibiendo? ¿Por qué no reaccionamos para protestar y lograr impedir que este genocidio y esclavitud se siga llevando a cabo? No hay dudas de que está presente la manipulación, el engaño. Tienen el poder en los medios para tapar las grandes dificultades con otras dificultades; una noticia tumba la otra; muchos de nosotros no queremos salir de nuestra burbuja; hay miedo a hablar; nos hemos dejado llevar a lo que muchos han calificado como “la espiral del silencio” y la autocensura. En definitiva, hace falta un nuevo liderazgo. Hace falta recomponer el sistema político, pero dentro de la democracia que garantice la voz y la libertad de los ciudadanos.

  Bueno, volviendo a la citada frase de Nietzsche “Dios ha muerto”, lo cierto es que el que hace tiempo murió fue él; ¡Cristo sigue vivo, porque vive en sus discípulos y seguidores!; otros hombres que se han erigido y amparado en esta frase y que han pretendido “ser” Dios, también han muerto. Éstos se creen eternos; no reparan en que no pueden escapar a la muerte de este mundo. Se olvidan lo que dijo el mismo Jesucristo, - el Dios que ellos tanto anuncian que ha muerto, que es una fábula -, de que “estamos en el mundo, pero no somos del mundo”; se olvidan de que nosotros no somos el centro del universo, aunque así lo pretendan; que nosotros no nos hemos dado la existencia, sino que alguien nos la dio. Estas personas, con ínfulas de diosecitos, han querido enmendarle la plana a la Iglesia de Cristo: han pretendido que la Iglesia traicione a Jesucristo para mantener su presencia en el mundo; que la Iglesia avale toda acción inmoral como buena y válida. Están queriendo impulsar que sea el mundo quien juzgue a la Iglesia y no al revés. A pesar de sus pecados en la parte humana, la Iglesia, que es portadora y custodiadora del evangelio de Jesucristo, fue puesta por el mismo Jesús como luz para el mundo, para las naciones.

  Termino este artículo citando una frase del escritor argentino Pablo Muñoz Iturrieta, en su libro Las Mentiras que te cuentan, las Verdades que te ocultan: “Hay que apagar el televisor, y encender nuestro cerebro”.

 

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