martes, 23 de marzo de 2021

Agustín Laje: el azote de los progres y de los que creen que ser moderno es lo más cool.

 

Este comentario no pretende ser una defensa de la persona de Agustín Laje, ya que él no necesita que alguien lo defienda, porque eso lo hace excelentemente muy bien y, como decimos en el buen dominicano, tiene mucho menudo para devolver; tampoco pretende este comentario ser una especie de alabanza y culto a su persona; mucho menos es un recorrido por su vida, como si fuera una especie de biografía. Mi intención al escribir estas líneas es emitir una opinión acerca de lo que ha provocado y está provocando la visita de este distinguido ser humano e intelectual que, con su pensamiento sigue defendiendo la causa provida y nos da más ideas, herramientas y luz, frente a esta lucha que estamos llevando a cabo en nuestra sociedad dominicana con este tema de la legalización del aborto en sus tres causales. Desde hace varios años, la República Dominicana viene transitando este camino de la justicia sin un Código Procesal Penal, porque está al mismo tiempo inmersa en la discusión y elaboración de un código penal actualizado o, como prefieren decir otros, un código moderno; aunque la palabra moderno ya sabemos las connotaciones que sugiere. ¿Sería un código actualizado a la realidad de la República Dominicana? O más bien, ¿un código moderno que sea una especie de copia de otras sociedades, incluso más avanzadas que la nuestra, que sea acorde a los intereses de ciertos grupos y organismos foráneos y que sea una especie de atadura de manos del aparato judicial dominicano?

  Bueno, sabemos desde siempre que lo que ha mantenido en el tranque la aprobación del Código Penal es el tema del aborto. Este tema ha sido siempre una especie de «carta bajo la manga» que los diferentes gobiernos han sabido siempre usar a su conveniencia y usarlo en los momentos claves del caminar de nuestra sociedad. Es un tema de muchas controversias, de muchas aristas, de muchos pareceres e intereses. Todo ha ido dependiendo de cómo cada uno, cada partido político y grupo asuman el tema de acuerdo con esto último. Yo soy de los que piensan de que ya la discusión sobre el aborto se ha agotado porque se han presentado todos los argumentos habidos y por haber. Las ideas y los argumentos que se plantean y se discuten siempre son los mismos y más bien lo que ha venido sucediendo es un redundar. Hace tiempo ya que el Código Procesal Penal debió estar aprobado, promulgado y ejecutándose. Pero siempre ha hecho su aparición en el camino el obstáculo fijo de que cuando llega a manos del ejecutivo, éste lo devuelve al legislativo porque le hace la observación de que tiene que incluir el tema del aborto en sus tres causales. Y así siempre volvemos a la lucha del tema en cuestión y la aprobación del Código Procesal Penal vuelve al inicio. Por otro lado, el tema del aborto es un tema candente en nuestra sociedad y siempre es causa de polarización. Estamos divididos entre dos polos: los que defendemos la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural (providas), y los que defienden y promueven el asesinato en el vientre materno del no nato (proaborto o prochoice, que suena más cool). Hay un tercer grupo que son los indecisos o indiferentes, pero son un porcentaje muy pequeño.

  Pues esta es la lucha sin cuartel que tenemos en nuestra sociedad y que siempre que se habla en los linderos del poder legislativo de que ya es tiempo de aprobar el Código Procesal Penal, se activan las campanas de alerta de ambos polos. A esto, tengamos siempre en cuenta que nuestra Constitución establece claramente en su artículo 37, que la vida humana comienza en el momento de la concepción. Y esta afirmación no se fundamenta en argumentos religiosos, sino en argumentos científicos. Para esta ocasión, se ha añadido un elemento nuevo donde nos encontramos con voces, sobre todo del oficialismo, que han propuesto llevar este tema a un referéndum. Pero esto no procede ya que, según los expertos en derecho constitucional, no se puede hacer un referéndum para modificar un derecho humano. Es decir, no se le puede preguntar al pueblo si queremos que la Constitución, en su artículo 37, sea violada. Es aquí entonces donde hace su aparición, intervención y aportación al debate, el joven Agustín Laje. No podemos hablar de Agustín Laje sin mencionar a su compatriota, amigo y también escritor y conferencista Nicolás Márquez ya que, estos dos son los autores de uno de los libros más controversiales de los últimos años y que ha generado una guerra sin cuartel contra esta ideología genocida y dictatorial de género. El libro se titula «El libro Negro de la Nueva Izquierda». Es este libro el que ha mantenido a estos dos conferencistas argentinos viajando por el mundo dando sus conferencias que no son más que la forma y la manera de cómo ellos han venido haciendo sus aportes a esta lucha incansable contra la imposición de esta agenda ideológica marxista de género.  

  Pero, sigamos con Agustín Laje. Este joven politólogo argentino, no es la primera vez que viene a nuestro país. Podemos decir que casi ya lo podemos adoptar como nuestro porque siempre que se le ha requerido en nuestro suelo, ha dicho siempre presente. Agustín se ha convertido en una especie de «azote» para todos estos grupos que se han calificado ellos mismos como «progres», y son tan contundentes sus ideas y argumentos, que se ha llegado a afirmar que es difícil encontrarle el hueco por dónde atacarle para destruir su pensamiento. Se ha llegado también a comentar que cuando se anuncia la presencia de él en los escenarios de debate, sus contrarios tiemblan y hasta en ocasiones, rechazan debatir las ideas con él. Pero eso sí, lo que nunca les ha faltado para enfrentar a este politólogo argentino, son los improperios, los insultos, las bajezas, las vulgaridades, etc. Esto mismo es lo que ha estado sucediendo en nuestra sociedad desde el anuncio de su participación en el país en este debate nacional contra la legalización del aborto, y no se diga ya en el desarrollo de las mismas en sus diferentes actividades intelectuales que está agotando en esta visita. Se escuchan y se leen toda clase de insultos e improperios de sus contrarios porque, cuando no se tiene la capacidad para discutir las ideas, pues el único recurso que les queda es precisamente la descalificación del oponente. A este joven politólogo argentino se le ha dicho de todo a través de las redes sociales, precisamente porque aquí tenemos garantizado el derecho a la libre expresión del pensamiento y las ideas, pero el respeto y la veracidad de estas y a la persona, eso depende de a quién vaya dirigida. Hay comentarios muy pintorescos, como también de los más implacables y xenófobos hacia este joven politólogo argentino que nos visita para apoyar y darnos más herramientas para nuestra lucha contra el más grande genocidio que se ha llevado a cabo en el mundo y que es el aborto. Se ha llegado a señalar que su presencia aquí es una injerencia en temas nacionales. Pero hay que aclararle a esas personas que, este joven no es injerencista sino más bien conferencista, y viene a compartir sus conocimientos e ideas con nosotros en este tema en el que nos encontramos enfrentados a los promotores y defensores del aborto y toda la agenda ideológica de género de este Nuevo Orden Mundial, del Gran Reseteo y la Agenda globalista de la ONU 2030, que lleva por título «Los Objetivos del Desarrollo Sostenible». Con la presencia y pensamiento de Agustin Laje, hemos acuñado la “Lajefobia”. Más bien, creo que hay que preguntarle a esas personas qué opinan ellos de las acciones que asumen organismos internacionales como la ONU, UE, OEA, BM, BID, FMI, OPEN SOCIATY y sus ONGs satélites, en la imposición y laceración de la soberanía nacional en las políticas internas y migratorias de nuestro país.

  Las ideas y argumentos que nos comparte Agustín Laje son indudablemente de un gran peso y fortaleza, sobre todo científicas, que no hay forma de echarlas por el suelo. Con su pensamiento, su sabiduría, su franqueza y su seguridad, ha sabido siempre enfrentar a sus oponentes en este y otros temas de interés social, como lo es la ideología de género, siempre fundamentándose en los aportes científicos, biológicos, genéticos, estadísticos, de orden natural, etc. Como decimos en el buen dominicano, el hombre no baraja pleito. Por otro lado, Agustín Laje se ha convertido, desde el anuncio de su participación en este debate nacional hasta este momento, en tendencia en las redes sociales. Cabe señalar que incluso ha opacado otros temas de importancia nacional. No cabe dudas de que este joven politólogo argentino es una especie de imán que atrae hacia sí todo tipo de personas y de ideas que manifiestan, unos su rechazo, otros curiosidad, otros su deseo de escucharlo y aprender más sobre este y otros temas, para poder así seguir haciendo frente a esta  avalancha de imposición avasalladora y cual aplanadora avanza como caballo de Atila, siendo a la vez un caballo de Troya que quiere explotar en el interior de nuestra sociedad para socavar, desde sus cimientos nuestros valores, principios, fundamentos, identidad y cultura.

  No me queda más decir, de manera personal, bienvenido una vez más Agustín Laje a nuestro país. Somos una nación pequeña, pero gigante de corazón y que está luchando para que esta agenda ideológica marxista no se instale ni se imponga en nuestro país. Queremos seguir aprendiendo de otros países que también están llevando la misma lucha. Queremos seguir aprendiendo de otras personas que, como tú, están convencidos de que el aborto no es el camino que debemos asumir ni recorrer si queremos mantenernos en el tiempo como nación soberana y en dirección del verdadero y real progreso. Tus ideas y pensamiento son de gran ayuda y retroalimentación para nosotros continuar esta lucha campal. Gracias por aceptar nuestra invitación con esa disposición que te caracteriza. Tú, con tus ideas, pensamiento y visión de la situación actual del mundo, eres una especie de luz en este camino de oscuridad que cada vez más se cierne y está arropando en la ignorancia, el engaño, la manipulación, el miedo, el pánico, el terror y la imposición ideológica a la humanidad. Nos invitas a seguir luchando contra estos poderes globales como una especie de esos pequeños davides, - si cabe el término -, en contra de los goliats modernos. Concluyo mi comentario, trayendo a colación las palabras populares que dicen: el que no quiera oír ni escuchar tus palabras, tus ideas..., lo que tienes que decir; pues que se tape los oídos, que suba el vidrio y se dé una mudaita.

 

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. Seguimos en la lucha por la vida por lo correcto en vez de lo conveniente. Gracias P. ROBERT por su reflexión.

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