miércoles, 31 de marzo de 2021

La impotencia y el dolor de la derrota

 

Agustín Laje vino, habló, debatió, se fue y dejó a los progres ardiendo, pero de coraje e impotencia. A escasos días de que el politólogo, escritor y provida argentino Agustín laje salió del país, se sigue hablando de él en los medios de comunicación y las redes sociales de lo que significó su visita en esta ocasión y, sobre todo, de lo que ocasionó en las diferentes entrevistas y debates a las que fue invitado, presentando sus razones y argumentos para justificar su pensamiento y su convencimiento de la lucha provida.

  Este artículo no pretende ser una evaluación estricta o completa acerca de los debates y entrevistas en las que participó este politólogo y escritor argentino, sino más bien una opinión más y que quizá pueda expresar alguna idea que otros a lo mejor no hayan mencionado o resaltado en sus opiniones.

  De todas las entrevistas, charlas, conferencias y disertaciones que tuvo Agustín Laje en nuestro país en estos días pasados, las que más han llamado la atención fueron la entrevista o, mejor dicho, debates, -porque así se promocionaron en los medios y hasta de una manera muy rimbombante -, que tuvo con el reconocido siquiatra dominicano Dr. Guerrero Heredia y la segunda con el dirigente político del Partido de la Liberación Dominicana, José La Luz. Esta última fue promocionada como “el debate del siglo”.

  Hablemos del primero. Ya sabemos, por videos que están circulando en las redes sociales que, este siquiatra había dicho en el año 2019 que el señor Agustín Laje había rechazado una invitación a su programa para una entrevista señalando al mismo tiempo que ese rechazo se debió a que el “extranjero” había cogido miedo. Ya para esta ocasión, el mismo doctor en su video de promoción del debate, había dicho que tendrían al invitado y que la discusión sería desde el plano científico para ver si era justificable su postura provida y demás. Pero, al ver el video de promoción del doctor y observar sus gestos en el mismo, nos podemos dar cuenta de que la real intención era ridiculizar al invitado porque se tiene la idea de que su pensamiento se fundamenta en razones más que científicas, sino en razones religiosas. Recordemos que el Dr. Guerrero Heredia presume y alardea de que es ateo y como “buen” ateo pues asume la actitud de burla e irrespeto al hecho religioso y los creyentes.

  No puedo hacer aquí un análisis del debate porque no es la ocasión. Pero lo que sí puedo mencionar es que, - y todos lo vimos -, como dice el dicho popular “el doctor fue por lana y salió trasquilado”. Se le llamó debate, pero en realidad no fue debate. Allí lo que menos se debatieron fueron las ideas. El doctor en realidad no se preparó para enfrentar con contenido científico las ideas de su invitado. Se metió en un terreno donde quedó evidenciado que no domina. Quiso llevar a su terreno a su invitado, pero fue todo lo contrario. Se le notó al doctor actitudes de enojo, soberbia, altanería, egocentrismo, pedantería, de no lograr sacar de sus casillas a su invitado. Recordemos que el señor Laje inició su intervención exigiéndole al doctor que se retractara de lo que había dicho en su video del 2019 donde lo acusó de rechazar su invitación al programa por miedo, al mismo tiempo que le señalaba que no era justo que utilizara esa artimaña para tener o subir rating.

  El doctor Guerrero Heredia, lleno de rabia e ira, se salió de la intención primaria del debate y el recurso que le quedó fue el de irse a lo personal. Utilizó palabras ofensivas, denigrantes, vejatorias y discriminatorias. Sacó a relucir en un momento determinado del acalorado “debate”, sus logros personales, como sus estudios en la Universidad de Yale mientras le decía a su invitado que viene de un campo de Argentina. Tampoco yo no quiero justificar las actitudes y reacciones del señor Laje pero, entiendo que si estas siendo atacado de mala manera, con mala intención, de humillarte y hacerte quedar en el ridículo, pues no le quedó de otra que rebatir y hasta de caer en ocasiones en las mismas actitudes que su atacante. Yo he visto muchas entrevistas y conferencias del señor Laje y han sido con toda la altura de lo que se llama debate, sin importar que sean acaloradas.

  Una de las cosas que más llamó la atención de ese encuentro radial entre estos dos personajes, fue que, en un momento de la acalorada discusión el señor Laje le enrostró al doctor Guerrero Heredia que él no sabía ni conocía el proyecto de ley que cursa en el Congreso Nacional sobre este tema ni tampoco conocía lo que dice la Constitución Dominicana al respecto. ¡Eso duele! Y, sin embargo, él que es extranjero, si los conoce.

  El doctor Guerrero Heredia siempre se ha ufanado de ser un hombre de ciencia. Él ha llegado a decir en otras ocasiones, al referirse a la Biblia, que ese es un libro innecesario y ocultista. Pues para esta ocasión hasta le extrañó que el señor Laje no se haya leído la Biblia; aprovechando después estas palabas como acusación de que defiende la vida en base a algo que él no se ha leído. Habría que preguntarle también al doctor si él se ha leído completamente, desde la A hasta la Z, el Manual de psiquiatría, que viene siendo una especie de “libro sagrado” para estos profesionales de la salud mental. El señor Laje le ripostó al doctor que él no es teólogo y mucho menos vino a hablar de religión. Algo que tiene el señor Laje, y eso se ve a simple vista, es que él no mezcla o no le gusta hacer uso del recurso de las ideas religiosas para sus debates ni moldear su pensamiento sobre este y otros temas. A todo esto, el doctor Guerrero Heredia parece que vio en estas palabras del Señor Laje un elemento de ataque y manera de desprestigiar su lucha provida acusándolo de que fue traído y contratado por la Iglesia Católica para estos debates y ni siquiera se ha leído la Biblia. Es decir, en otras palabras, lo acusaba de que es ateo, y cómo es posible que la Iglesia Católica trajera y contratara a un ateo para que hablara en contra del aborto desde el ámbito religioso. Pero esto es falso. El señor Laje no es ateo; es católico. Él mismo lo ha dicho. Y cuando le han preguntado por qué en sus debates y conferencias no habla de la religión, lo que ha respondido es que todo lo que él ha estudiado, investigado y reflexionado tiene material suficiente para argumentar sus ideas y pensamiento que no necesita del elemento religioso para ello. Y también así se evita que lo acusen y señalen de fundamentalista religioso.

  ¿Qué ha sucedido después de este debate? Pues que el doctor Guerrero Heredia se ha dedicado a ir a otros programas y en el suyo propio, a hablar sobre lo sucedido con el señor Laje. Realizó un programa en donde se puso a “deconstruir” la persona del señor Laje. El doctor se sigue justificando; él es el que estuvo siempre correcto; él fue el que sacó a Agustín Laje de sus casillas; se dirige a él con palabras despectiva y discriminatorias diciéndole “señorita”, “niña”, “el extranjero”. Esto no es más que una falta de respeto. Me viene a la mente el famoso dicho que dice “lo cortés no quita lo valiente”. Y esto fue lo que menos hizo el doctor Guerrero Heredia con su invitado: no fue cortés, ni respetuoso; más bien fue desconsiderado.

  ¿Y qué decir del calificado “debate del siglo”? Sabemos que el señor José La luz es político. No sé si estos dos profesionales en sus áreas han hecho o tienen un título académico en el terreno de la comunicación o el periodismo. Pero si los tuvieran, me parece que no pusieron en práctica, por lo menos para esta ocasión, quizá lo más fundamental de la comunicación en lo referente a cómo se hace o se realiza una entrevista o un debate.

  Todos o muchos conocemos al señor José La luz. Sus desmanes, su soberbia, también su ateísmo, si no todo su pensamiento, si gran parte de ello. Un hombre que tiene sus ideas políticas definidas. Es un político que ha manifestado su apoyo y bien parecer a toda esa política foránea que nos viene de los organismos internacionales como la ONU, ha asumido una política pro-haitiana, con lo que eso implica para nuestro país; ha asumido también su apoyo, porque lo ha manifestado en varias ocasiones, a lo que tiene que ver con la ideología de género; y otras ideas políticas más.

  Pues este señor José La luz, en ocasiones anteriores manifestó que quería tener un debate con el señor Laje, pero que no se pudo llevar a cabo la vez pasada cuando vino a nuestro país. El señor José La luz ha hecho comentarios acerca del señor Laje y su pensamiento, y en esta ocasión tuvo la oportunidad de ir a un debate de ideas con el argentino. Un debate que fue organizado por un tercero en su programa de red social. Está el video del debate y se nota a un José La Luz exaltado, no dejaba hablar a su oponente, no respetaba el tiempo de argumentación propio ni del otro; en muchas ocasiones durante el debate se le pedía que dejara hablar al señor Laje y éste mismo también se lo hacia notar. El señor José La Luz presentó en algunos momentos del debate argumentos válidos, aunque no de refutación para su oponente. Pero, lo que más llamó la atención de sus ideas fue cuando hizo referencia al asunto de por qué los hombres tenemos pezones para justificar que somos bisexuales y después cuando hizo la comparación con el caballito de mar y las bacterias; palabras estas que ni al caso y más bien lo que ha provocado es burla y memes. El señor José La luz, en la promoción del debate, se quejaba públicamente de que tenía muy poco apoyo de los dominicanos y que eso él lo veía mal. Hubo algunas personas que le endosaron su apoyo sólo por el hecho de ser dominicano. Pero, la pregunta aquí sería ¿es válido dar su apoyo a este señor sólo por el hecho de ser dominicano? ¿Y entonces la razón dónde queda? ¿La razón, la verdad tiene nacionalidad? ¿A quién se le da la razón: al que la tiene o al que la exige?

  Para mi esto no fueron debates de ideas. Más bien los considero espectáculos de muy mal gusto y donde nos dejan muy mal parados, no sólo ante el pueblo dominicano, sino en el extranjero. Solo hay que ver los comentarios que hacen a esos videos desde el extranjero para darnos cuenta de la imagen que estos dos profesionales en sus respectivas áreas y metidos a disque comunicadores, han echado en el saco de la basura al pueblo dominicano. Creo que estos errores son fruto de la carencia que tenemos en nuestra sociedad en cuanto a esta figura del debate se refiere. Carencia que viene desde el sistema educativo que no se nos ha educado ni enseñado para esto. Hemos visto muchos debates internacionales, pero cuando nos toca hacerlo nosotros, fallamos, ya que no tenemos ni conocemos las reglas fundamentales de esto. Un ejemplo real: ¿Cuándo aquí en nuestro país, nuestros políticos han debatido sus proyectos e ideas políticas cuando están en campaña? Recuerdo a uno de ellos que dijo: “El debate no es necesario cuando la persona sabe que está ganada”. Creo que esa figura debe establecerse en nuestra constitución, como lo hacen en otros países más desarrollados e igual que nosotros. La sociedad dominicana debemos de exigirles a nuestros políticos que debatan sus proyectos e ideas si es que quieren nuestro voto.      

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