El sexo es biológico y fijo y
no una construcción social. Puede haber cambios estéticos, pero no cambiarán
las células ni los cromosomas. En la promoción de una ideología y una agenda
política, niegan y se olvidan de siglos y milenios de biología básica y de la
propia naturaleza del ser humano. ¿Qué defienden en realidad los grupos feministas
hoy en día? ¿El voto femenino? ¿La inclusión de las mujeres en la vida pública,
política, económica y social? ¿O no son más bien excluyentes sus peticiones y
argumentos? ¿No excluyen a los hombres o a la gran mayoría de ellos? ¿No
excluyen también a quienes no piensen como ellas? ¿No excluyen a quienes no
sean radical y extremadamente de izquierdas? ¿No excluyen, para colmo, a otras
mujeres sustituyéndolas por hombres que se sienten, piensan, se creen o se
disfrazan de mujeres?
Por si alguien todavía no lo sabe o no está
enterado, en la legislación internacional, el término “genero” sólo se
encuentra definido en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional
que, en su artículo 7.3 indica que se entenderá que el término “genero” se
refiere a los dos sexos, masculino y femenino, en el contexto de la sociedad.
El término género no tendrá más acepción que la que antecede. Pues esta
legislación no contempla ni indica que el género sea fluido ni auto determinable,
sino que considera que sólo hay dos: masculino y femenino.
Pues con este panorama al que he hecho
referencia, seguimos transitando por lo que podríamos llamar este “camino
pandémico”. Ya llevamos en esta situación de lo que muchos llaman pandemia y
otros plandemia, un año desde que se declaró la emergencia sanitaria mundial
del coronavirus con las medidas protocolares y sociales que establecieron en
todos los países, - a excepción de unos pocos -, y por recomendación del
ministerio mundial de salud, la OMS. Muchos han expresado que este ha sido el
escenario adecuado para iniciar e implementar nuevas políticas mundiales que
favorezcan nuevas estrategias de convivencia humana y de protección del medio
ambiente y la ecología. Hemos de mencionar el accionar que viene realizando y
promocionando con este fin el Foro Económico Mundial o Foro de Davos, con lo
que su fundador, el suizo Klaus Schwabha declarado, que la pandemia es la
excusa perfecta para implementar o imponer el “gran reinicio o reseteo”
mundial.
Pero también parte de esta implementación o imposición
de este reseteo, lo han aprovechado otros grupos que son parte del mismo
paquete de medidas e imposiciones mundiales, como lo viene siendo la imposición
de la agenda ideológica de género. Estos grupos han aprovechado la presencia de
esta pandemia del coronavirus, y con las elecciones de noviembre pasado en los
Estados Unidos de América, se ha acelerado su imposición. Parece ser que, a
estos amos del mundo, les urge la implementación de éstas porque han tenido un
retraso con la administración pasada estadounidense del presidente Trump, y
esto ha interferido en los pasos que habían planeado para establecerla en
determinado espacio de tiempo. Veamos algunos ejemplos de cómo esta agenda la
han acelerado y los pasos que ya se han implementado con respecto a su imposición
en los Estados Unidos de América con la administración Biden y la Unión Europea.
Tenemos las órdenes ejecutivas que, - en
otros países se les llama decretos presidenciales -, firmadas por el presidente
Joe Biden para promover, defender e imponer esta ideología de género. Con la
orden ejecutiva del 25 de enero, los contribuyentes estadounidenses pagarán las
cirugías de militares transgénero. Esta orden ejecutiva es más profunda que la
anterior de la administración Obama que prohibía estas cirugías con
financiación pública. Algunas de estas cirugías costarían la módica suma de
unos $USD 200,000. ¡Sí, ha leído bien! Otro ejemplo de la política de
imposición ideológica de la administración Biden es la orden ejecutiva que
permite que hombres biológicos que transiten a mujer puedan competir con las
mujeres biológicas. A esta orden ya algunos gobernadores estatales se han
opuesto y legislado al respecto para proteger el deporte femenino en sus
estados. Otro caso lo encontramos en el condado de Manhattan en el estado de
New York, de una escuela episcopal que ha pedido a sus alumnos que se abstengan
de decir o de usar las palabras “papá, mamá y padres”, y que adopten un
lenguaje inclusivo, como por ejemplo “adultos, amigos, familia o tutores”.
Según lo indica en la guía “Grace” de la escuela, dice que el objetivo es
promover un sentido de pertenencia para todos nuestros estudiantes. Por si esto
nos parece poco, tenemos el caso de la senadora estatal demócrata por New York,
Samra Brouk, que está impulsando una legislación para que en las escuelas del
estado se les enseñe a los niños pequeños “sexo anal y la identidad de género”.
En el estado de California se está impulsando un proyecto de ley para que los
juguetes de niños tengan “género neutro”. Este proyecto haría ilegal que los
minoristas coloquen carteles que digan “niños y niñas”. La multa sería el pago
de mil dólares. Este proyecto ha sido presentado por los asambleístas
demócratas Evan Low y Cristina García, ambos presiden el Caucus Legislativo
LGTBQ de California. De aprobarse, la ley entraría en vigencia el 1 de enero de
2024. Y la presidente de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, la
demócrata Nancy Pelosi, han tomado una medida legislativa para borrar el lenguaje
que expresa la realidad de las relaciones familiares para hacerlo más
inclusivo, como son las palabras “padre, madre, hijo, hija, tío, tía, primo,
sobrino, sobrina, esposo, esposa, yerno y nuera”, que podrían ser borradas de
los procedimientos de la Cámara.
No podemos dejar de mencionar lo que acaba de
suceder en la Unión Europea que se ha declarado zona de libertad para el bloque
LGTBIQ+. Es una resolución aprobada por la mayoría de los legisladores del
Parlamento Europeo que busca garantizar los derechos de la comunidad LGTBIQ+ en
todos los Estados de la UE. Pero esto no ha sido más que una afrenta a los
países de línea conservadora del continente que catalogan como “discurso de
odio” las medidas tomadas por estos países conservadores.
Seguimos con más ejemplo del avance aplanador
de esta agenda ideológica de género. En Canadá un padre enfrentará la cárcel
por oponerse a que su hija se haga la cirugía transgénero que la motivó su
escuela a escondidas de sus padres. En España el Congreso ha aprobado la
despenalización de la eutanasia. A esta intención, el partido Vox ha denunciado
que con esta ley lo que se ha querido implantar en España es la industria de la
muerte. En Canadá pasa algo parecido con la despenalización de la eutanasia y
las políticas de género.
Pero resulta que al mismo tiempo ha surgido
un movimiento de personas transgénero en contra del colectivo LGTBIQ+, que
promueve y defiende el transgenerismo. El movimiento Big League Politics
conforma un gran número de personas transgénero que se están separando del
movimiento LGTBIQ+ e instando a otras a resistirse a su propaganda en materia
de género, motivando a lo que han llamado “Día para generar conciencia sobre la
des-transición”. La joven Charlie Evans, - en el Reino Unido -, de 28 años, que
nació mujer, pero se identificó como hombre durante casi diez años antes de la
transición y se des-transicionó; creó la organización benéfica llamada The
Detransition Advocacy Network para ayudar a personas a volver a su sexo de
nacimiento. Y como ella, hay cientos de casos más.
Y aquí en nuestro país, se siguen
introduciendo a través de diferentes ministerios del gobierno normas ideológicas
de género que podríamos decir que las están introduciendo de contrabando porque
violan la constitución presentado como “derechos” lo que en realidad no lo es.
Al mismo tiempo, seguimos en la pelea contra la imposición del aborto con sus
tres causales en el Congreso y donde ya algunos miembros de partidos políticos
y funcionarios del gobierno, entre ellos legisladores y legisladoras, apoyando
la legalización del aborto. Y volvemos a decir que esta pelea se está
profundizando más en estos tiempos.
Pues no nos sigue quedando otra acción que
seguir luchando en nuestra sociedad porque esta agenda ideológica de género no
se nos imponga, ya que es una afrenta directa y de destrucción de nuestros
fundamentos, valores, principios, cultura e identidad cristiana y nacional.
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