Por Pbro. Robert A. Brisman P.
Decía Dostoievski en su novela Los Hermanos
Karamazov que "si Dios no existe, todo está permitido"; y G.K.
Chesterton señalaba que "cuando el hombre deja de creer en Dios,
empieza a creer en cualquier cosa".
Estas citas de estos autores vienen a
propósito de echar una mirada a la debacle en la que viene caminando y
hundiéndose esta sociedad moderna y progre, en esta espiral de muerte. Esto es
consecuencia del alejamiento que viene asumiendo la humanidad, de Dios. Se ha
apartado del Dios de la vida, para irse a entregar a los ídolos de la muerte.
El reciente paso de este descalabro que ha
dado el hombre en este sentido de camino hacia la muerte, lo tenemos en la
aprobación constitucional del aborto por parte del poder legislativo francés a
principios del pasado mes de marzo, y con votación mayoritaria abrumadora (780
a 72). Es decir, el aborto ahora es un derecho constitucional en Francia. La
Francia que otrora era llamada "la hija predilecta y primogénita del
catolicismo". Esto lo han asumido como un triunfo en sus aprestos
disque para proteger los derechos de la mujer. Pero ¿en realidad es el aborto,
el asesinato del niño por nacer, un verdadero derecho de la mujer? "Francia
se ha convertido hoy, - 8 de marzo -, en el único país en el mundo cuya
Constitución protege explícitamente el derecho a la interrupción voluntaria del
embarazo en toda circunstancia", dijo el presidente Enmanuel Macron.
La Francia que, desde hace años está transitando por una crisis demográfica
profunda porque sus mujeres ya no paren, sino que las que están pariendo son
las migrantes, sobre todo las musulmanas, con lo que esto ya sabemos significa.
Y no contento con esto, ya el mismo
presidente Macron, - masón -, ha dicho que es tiempo de que el mundo dé este
mismo paso. Instando a la Unión Europea a que apruebe, - que más bien es que
imponga -, en sus constituciones el derecho al aborto y de ahí se expanda a
todo el mundo. Sus palabras exactas han sido: "No hallaremos reposo
hasta que esta promesa se cumpla en todo el mundo".
Da la impresión, con estos aprestos
siniestros, que gran parte de la humanidad ya está cansada de vivir, y quiere y
busca su muerte. Se ha alejado del Dios de la vida. Esta humanidad ya no se
rige por los mandatos ni enseñanzas de Dios, sino por los mandatos de su propia
voluntad. El Dios de la vida ha sido sacado de la ecuación, para dar paso al
dios Moloc, el dios asesino: “No entregarás ningún hijo tuyo como ofrenda
para Moloc; no profanarás el nombre de tu Dios” (Lev 18,21). Es el repudio
al Dios único, vivo y verdadero. Y el escritor argentino Lucas Carena, en su
libro La Conspiración de Medea, señala: “La venganza de Medea es,
estamos ya en condiciones de afirmarlo,
el síndrome de nuestra época:
estamos viviendo momentos donde
se naturaliza el genocidio de niños por nacer, a manos de sus propias
madres con el pseudoargumento (o la
excusa) de que, esto es una conquista más dentro de las luchas que la
mujeres vienen llevando adelante contra
el machismo y la sociedad patriarcal… Nuestra sociedad sufre el síndrome de
Medea, que refiere a un conjunto de síntomas que caracteriza a aquella madre
que, como efecto de conflictos y estrés derivados de la relación de pareja,
descarga su frustración con agresividad hacia su descendencia, llegando incluso
a utilizar a su progenie como un instrumento de poder y venganza”.
Pero, tengamos en cuenta que este declive de
la natalidad no sólo es en Francia. En toda Europa, - a excepción de Hungría y
Polonia que han implementado políticas públicas de apoyo, ayuda y promoción
para que sus mujeres tengan hijos -; siendo España la nación con la tasa de
natalidad más baja de la Unión Europea. Este es un grave problema y se extiende
a otros países de América, - sobre todo Estados Unidos de Norteamérica, Canadá,
México, Colombia, Argentina, Brasil, etc.; - se vienen imponiendo estas políticas
genocidas, y en otros países se viene presionando para que suceda lo mismo, con
la amenaza de que, si no legislan en este sentido, pues no recibirán las ayudas
económicas para sus proyectos sociales.
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