Por Pbro. Robert A. Brisman P.
Pues leyéndolos por arriba, todos estos
objetivos suenan bonitos y motivantes; porque, claro que estamos de acuerdo en
que no haya pobreza, que haya progreso económico, igualdad entre los seres
humanos, cuidado del medio ambiente, hambre cero, etc. Pero en realidad eso no
es lo que busca esta agenda, sino más bien otra cosa, como lo es el control de
la población, la ingesta de carne sintética o de laboratorio y de insectos, la
limitación o supresión de las libertades individuales, la abolición de las
soberanías de los estados, inmigración ilegal forzada, y otras atrocidades más.
Con la imposición de estos Objetivos lo que
se busca es “crear el hombre masa”, cuya vida carece de proyecto y que va a la
deriva. Estos Objetivos se desarrollan por medio de 169 metas. Esto es lo que
se conoce como “globalismo”, que es una ideología política que pretende acabar
con el Estado-nación para sustituirlo por un gran estado mundial. Entiéndase,
un gobierno mundial, cuya sede es la ONU, con sus respectivos ministerios
mundiales, algunos de ellos son: la OMS (Organización Mundial de la Salud); OIT
(Organización Mundial del Trabajo; FAO (Organización Mundial de Agricultura y
Alimentación); OMT (Organización Mundial del Turismo); UNICEF (Fondo de la ONU
para la Infancia); ACNUR (Oficina del Alto Comisionado de las ONU para los
Refugiados), la CPI (Corte Penal Internacional) PNUD (Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo), y otros más.
La ONU impone una agenda que no abona a la
defensa de la vida desde la concepción, ni a la familia natural e impulsa la
ideología de género, el supremacismo feminista, el supremacismo del falso
arcoíris y el transhumanismo. Es decir, deja de lado al ser humano como
prioridad, poniendo por encima de éste el supremacismo ecoanimalista. La ONU
tampoco es humanista, sino ecologista. No pone al ser humano al centro de sus
prioridades, sino al planeta.
Aquí tenemos que mencionar el llamado Nuevo
Orden Mundial, que es un nuevo orden político, económico, cultural y
religioso. Estos Objetivos del
Desarrollo Sostenible, están pensados para realizarse en un período de quince
años. Pero la realidad es que esto ya no les es posible llevarlo a cabo. Por
esta razón es que ya se han inventado otra agenda de objetivos que lleva por
nombre “Pacto del futuro” o Agenda 2045.
Este nuevo Pacto son la prolongación o
profundización de los anteriores Objetivos del Desarrollo Sostenible. Cito inextenso,
las palabras de uno de sus altos ejecutivos dichas en una sesión del Foro
Económico Mundial: “Como ya sabemos, el impacto provocado por la actividad
humana va en aumento, y está causando toda clase de daños irreversibles y
algunos reversibles. Recursos compartidos de los que todos dependemos están
siendo puestos en peligro recientemente. Esto incluye aire, suelo, agua… y
amenaza nuestra salud y bienestar y la de los ecosistemas de los que somos
parte. Estamos, generalmente, de acuerdo en que tenemos que ir hacia las cero
emisiones, la seguridad climática y un futuro positivo con la naturaleza. Pero
sabemos que eso no será fácil. Vamos a necesitar hacer cambiar los
comportamientos de individuos, pero también de industrias, corporaciones y de
nuestros gobiernos. Tendremos que hacerlo con una mezcla de: zanahoria y ojala,
de no demasiado palos. Actualmente estamos en un debate de cómo conseguirlo.
Pero lo más probable es que veamos cómo deben hacerse más intervenciones en la
forma de palos en el futuro, ya que las cosas empeorarán si no logramos actuar”.
Con estas palabras queda claro que esto no es
para nada teoría de conspiración. Como
cristianos que somos, debemos buscar, defender y proponer la verdad. Esto está
ya publicado en los documentos oficiales del Organismo Mundial.
Esta agenda del Pacto del Futuro o agenda 2045,
entre sus objetivos, busca reformar el Consejo de Seguridad de la ONU, es
decir, aumentarlo a más de cinco países miembros; crear un nuevo pacto digital
global, que no es más que el control y censura de los usuarios en las redes
sociales, así como el control y acceso de los datos personales de los usuarios,
y actualización de la Agenda 2030 con su visión hacia el 2045.
Esta agenda se firmó en septiembre de 2024.
Algunos países la rechazaron, por ejemplo, Rusia, Irán, Nicaragua, por
presuntas irregularidades en su procedimiento; también la Argentina, Cuba,
Bolivia, Irak, se abstuvieron, así como Brunéi, Chad, El Salvador, Venezuela,
Vietnam, y otros países del África. La República Dominicana fue uno de los
firmantes. Cabe señalar que, hasta ahora esta agenda del Pacto del Futuro no es
vinculante, pero ya veremos qué sucede en el transcurso del tiempo porque, como
ya hemos dicho más arriba, estas agendas terminan por imponerlas con presión y
chantaje en los países miembros. Un pacto que nos imponen sin que nosotros lo
hayamos votado, y ni siquiera nos preguntaron si lo queríamos o no. Así actúan
estos globalistas con nosotros y, nuestros gobernantes lo asumen sin más,
traicionando y engañando a sus ciudadanos.
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