jueves, 18 de enero de 2018

Rep. Dominicana camino al Etnocidio (2)


Ahora, la pregunta aquí es: ¿Qué interés/s tiene/n el/los que patrocina/n este etnocidio? Aquí recuerdo aquellas destempladas palabras del secretario general de la OEA, el uruguayo Luís Almagro, cuando dijo que en una isla no puede haber dos países. Inmediatamente nos asaltó la pregunta de por qué este señor dijo eso y qué en realidad era lo que estaba insinuando. Desde hace un buen tiempo, a la RD se le viene enrostrando en cara que es una nación discriminadora y xenófoba, y que además, ha metido en el limbo jurídico a miles de ciudadanos dominicanos de descendencia haitiana al negarles la nacionalidad dominicana. Ya se ha dicho hasta el cansancio, desde el campo de la jurisprudencia, que una ilegalidad no puede producir una legalidad. La Constitución dominicana es clara cuando dice que todo ciudadano extranjero en situación de tránsito no puede obtener la nacionalidad dominicana puesto que su situación migratoria es ilegal; y todo nacido en suelo dominicano de padres extranjeros en situación de ilegalidad, no es dominicano por la ilegalidad de sus progenitores. En el caso de los haitianos, se sabe que la Constitución de su país dice claramente que todo hijo de ciudadano haitiano, nazca donde nazca, es haitiano. Si constitucionalmente para los haitianos es así, ¿por qué entonces no le entregan sus documentos que los acreditan como ciudadanos haitianos? No es la RD la que está creando apátridas; es más bien el propio Haití, ya que sus autoridades no hacen lo que en justicia les corresponde hacer con los suyos. Pero es que todo esto tiene “maco entre macuto”, como se dice popularmente. Todo esto es parte de una estrategia que se gesta en las esferas más altas de la élite haitiana que incluye no sólo a sus autoridades, sino también a esa élite aburguesada y explotadora de su mismo pueblo. Todo el mundo defiende a Haití, pero nadie quiere a los haitianos en sus países. Tienen montada una fuerte presión a la RD con esto, pero al mismo tiempo les cierran las puertas para que no entren a su territorio; ejemplo de esto es el CARICOM, -del cual Haití es miembro con voz y voto, mientras que RD no-, que sus ciudadanos tienen libre tránsito entre sus países, pero no los haitianos.

  En este problema tenemos, no solamente la parsimonia o timidez de las autoridades dominicana que deben de cumplir y hacer cumplir las leyes migratorias, sino también la acción del gran conglomerado empresarial de ambas naciones, que saca provecho de este movimiento migratorio ilegal tremendo y que consigue así aniquilar el estado de bienestar y todos los logros sociales que hemos conseguido como nación durante todo este tiempo de existencia patria, y también el conseguir mano de obra barata. Así se asume que el dominicano exige demasiado y también demanda prebendas sociales; pero con esta migración masiva e ilegal, estos pueden ser recortados, y el dominicano que no hace el trabajo pues lo hará otro, ¡y a que costo!

  Pero también hay un punto en esto que se trata a muy largo plazo y es complicado, pero no por eso hay que dejarlo que pase. Para muchos hablar de esto es prohibido y provoca mucha roncha y sospecha, y de eso hay que cuidarse porque se cree que son delicadas y pueden ofender a los demás. El tocar este tema “étnico” para muchos representa un asunto de rechazo y hasta de anularlo en todo; por eso es que para los que piensan así, lo mejor es presentarse como simpático, inclusivo, aceptado por los demás; en otra palabra, es el famoso “buenismo”, del cual, por ejemplo, la nación italiana se cansó para con los migrantes refugiados que están llegando a su territorio. Es también ese famoso discurso cultural que los de izquierda han sabido dominar e imponer muy bien a través de los medios de comunicación, el pensamiento, la escuela. Es este pensamiento que se difunde en las sociedades y así las sociedades piensan aquello que les dicen o mandan a pensar.

  Yo no tengo ningún problema con la migración de un país a otro. Pero que se haga de manera ordenada y aplicando las leyes. La situación migratoria que vive la RD no puede medirse con la misma vara que la de Estados Unidos, Alemania, Canadá, Chile, etc.; cada país se da las leyes migratorias que crea son las que les conviene y es un ejercicio libre de su soberanía el decidir quién entra o no a su casa. Todo extranjero que quiera venir a RD de paseo, a estudiar, a trabajar, hacer negocio, obtener la nacionalidad dominicana, tiene que hacerlo bajo el estricto marco legal migratorio dominicano. Soy partidario de que se construya el muro en la frontera, pero al mismo tiempo con varios puentes para que los ciudadanos de ambos países que quieran cruzar de un lado y otro, a visitar, estudiar, trabajar o hacer negocios, lo hagan por ellos cumpliendo con las leyes migratorias de los países. El muro fronterizo no es para sellar las fronteras. Eso es imposible. Es más bien para ayudar a un mejor control del paso de las personas. Y con este tema del muro, hay mucha hipocresía en nuestro ambiente. Hay muchos países que han construido muros en sus fronteras, y si para unos son buenos y hasta los ven con beneplácito, ¿por qué para nosotros tiene que ser malo? El mismo Haití construyó parte un muro de su lado fronterizo y nadie dijo nada. Años atrás recuerdo que era un castigo mandar a alguien a la frontera; pero ahora es un premio y un tremendo negocio y hasta filas hacen muchos para que los manden allá y así aprovecharse de todas las chapucerías que pueden hacer en ella, como lo es el tráfico de personas, contrabando de mercancías de todo tipo, drogas, armas; y cumplir también con la respectiva cuota o peaje con los que están aquí en la capital, porque es que tampoco es gratis el envío.

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